El sable de Antranig Pashá y la cabeza de Bishará Jalil
A 159 años del nacimiento de Antranig Ozanian su historia personal
y colectiva tiene más vigencia que nunca. Y no es exagerado
calificar al General Antranig como el padre de la Armenia moderna.
Desde que Serop Aghpiúr, uno de los líderes de la revuelta de Sasún de 1894 y figura central del movimiento emancipador y de autodefensa en los territorios ocupados de la Armenia Occidental, fuera asesinado el 1 de noviembre de 1899 por los hombres del jefe kurdo Bishará Jalil, que trabajaba al servicio del gobierno del sultán Abdul Hamid II, Antranig Ozanián o Antranig Pashá, como lo llamaban con admiración y respeto los pobladores armenios, no dejaba de pensar en la venganza.
Serop Aghpiur era el líder indiscutido del Movimiento Revolucionario Armenio en las regiones de Sasún, Mush y Bitlís, y en base a su desempeño en combate se había ganado la confianza de muchos aldeanos, que comenzaron a unirse a la lucha, por lo que algunos especulaban con la formación de un ejército de liberación de los armenios que habitaban el Imperio Otomano. Sus lugartenientes eran Antranig, Kevork Chavush, Hrair Tjojk y Donó Makar.
Luego de escapar de una emboscada de los gendarmes turcos y prevalecer en la el combate bajo la nieve al pie del monte Nemrut, lo que le valió el apodo de “el león de Nemrut”, la orden del gobierno turco fue clara. Se pedía la captura de Serop, vivo o muerto.
Como suele ocurrir en muchos casos, lamentablemente, aparece la figura del traidor. En este caso se trató de Avé, un armenio de la aldea de Guegjashén, propietario de una especie de posada en el campo, usada por los viajantes para hacer noche. Tras ser sobornado por Bishará Jalil, y a sabiendas de que a Serop Aghpiur le gustaba mucho el madzún (yogurt), mezcló en él un poderoso veneno, que terminó en el estómago del líder fedaí.
Al poco tiempo Serop comenzó a sentirse muy mal y hasta se le empezó a caer el pelo. Pese a que estaba en un escondite rodeado de su mujer Sosé (Mayrig) sus hijos, sus guardaespaldas y sus dos hermanos Mejó y Zakar, Bishará Jalil y sus hombres fueron a buscarlo para cumplir con la orden del sultán.
La caída del gigante
La batalla entre kurdos y armenios fuedispar, corta y cruenta. Murieron la mayoría de los armenios, Sosé fue tomada como rehén y como trofeo Bishará Jalil cortó la cabeza de Serop y la hizo pasear con una pica en Mush y Bitlís para amedrentar a los armenios.
Esto fue demasiado para Antranig, que tras la muerte de Serop Aghpiur tomó su lugar como líder de la autodefensa de las poblaciones armenias de la provincia de Darón. Primero buscó al traidor. Tras encontrar la posada de Guegjashén junto a sus hombres y logró detectar que allí pernoctaban grupos de kurdos. Primero se encargó de éstos y apresó a Avé, tras interrogarlo y confirmar quién lo había mandado, lo despachó al otro mundo.
Ahora quedaba diseñar el plan para liquidar al asesino de Serop. La oportunidad apareció en el otoño de 1900, luego de que las hordas conjuntas turco-kurdas, al mando de Alí Pashá, el comandante militar de Bitlís y el mercenario kurdo Bishará Jalil, atacaran y redujeran a cenizas el pueblo de Subgjank.
Acciones de inteligencia de sus lugartenientes y una lucha interna entre dos clanes kurdos permitieron a Antranig saber que Bishará Jalil llegaría en breve a Mush.
La orden de Antranig fue clara: “Si se mueve despacio, apúntenle a él, si está galopando, apunten al caballo”, y en lo posible atraparlo vivo para sacarle información sobre “los armenios traidores”. Elegido el lugar del ataque, distribuyó a su gente en tres posiciones.
La primera la asignó a Kevork Chavush, Harutiún y Donó Makar; la segunda la dejó para Hampartsoum, Andrik y Misak; y la tercera se la reservó él, junto a un soldado sin experiencia que lo ayudaba a caminar por el reuma que afectaba sus piernas.
La orden era no disparar hasta que Jalil llegara a la segunda posición. Según el plan si corría hacia adelante lo tomaría la tercera emboscada y si retrocedía, atacaría la primera. Al sonar un disparo de la segunda posición un kurdo cayó del caballo y Bishará Jalil cabalgó hacia adelante, de modo que Antranig lo tuvo a tiro. Le dio al caballo, que al caer aplastó la pierna de Jalil y lo inmovilizó. Allí fue apresado.
Kevork Chavush, que sabía hablar en kurdo, le preguntó:
- ¿Eres Bishará Jalil?
- Sí.
- ¿Decapitaste a Serop Aghpiur? (se hizo un silencio)
- ¿Masacraste a los aldeanos de Sungjank y Hetik?
- ¡Basta! ¡Basta! Estoy acabado.
Fue el momento en que Antranig tomó con la mano izquierda la cabeza de Jalil, y con la derecha le dio un sablazo que llegó hasta la tráquea. El segundo sablazo separó la cabeza del cuerpo.Esa era la forma y la determinación con la que actuaba Antranig Ozanian.
Figura colosal
En una oportunidad, el escritor y dirigente Avedís Aharonian, que en agosto de 1920 fue uno de los firmantes por parte del gobierno armenio del Tratado de Sèvres, le preguntó a Sepastatsí Murad, otro prominente líder fedaí, por qué había elegido como líder a Antranig si él mismo y otros combatientes eran tan valientes como el hombre nativo de Shabín Karahisar.
La respuesta fue lapidaria. “Antranig no sólo tiene coraje e inteligencia, también tiene ojos que ven. Cuando caminamos juntos por las montañas, Antranig observa cada árbol, roca, monte, matorral, valle y nunca los olvida. Cuando nos encontramos con el enemigo y él decide nuestras posiciones, sabemos que son las mejores. Da gusto luchar bajo el mando de Antranig porque tiene ojos que ven”.
Esta particularidad del líder de la lucha de emancipación nacional fue incluso recogida por el folklore popular. En el tema que en armenio comienza con “Iprev ardziv savarnum es ler u yair….” el autor dice que como un águila Antranig observa y analiza cada montaña y roca y que su valiente nombre será recordado de siglo en siglo, mientras canta loas a “Antranig, señor y protector de la Patria”.
Antranig Ozanian nació el 25 de febrero de 1865 en Shabín Karahisar y tuvo una destacada actuación política y militar como guerrillero desde la década de 1890 y por las próximas tres décadas. Figura destacada de los alzamientos de Sasún de 1894 y 1904, participó también en las dos Guerras Balcánicas 1912-13del lado búlgaro contra el Imperio Otomano, junto a otro prócer, Karekín Njdeh. Una vez que estalló la Primera Guerra Mundial, participó contra el imperio reforzando con sus hombres al ejército ruso.
Zankezur y Artsaj
Tras la retirada de Rusia de la Gran Guerra con el Tratado de Brest Litovsk en marzo de 1918, y el comienzo de la lucha de la emancipación nacional que culminó con la victoria en Sardarabad y el establecimiento de la República de Armenia, Artranig participó en la batalla de Gharakilisé y los choques contra las tropas turcas en el norte de Armenia.
Con el estallido de los choques con los azeríes en Shushí y otras localidades de Artsaj, Antranig tuvo también una destacada actuación en Zankezur (Syunik) donde el general Nurí Pashá y su Ejército Islámico del Cáucaso llegó a delegar el 40% de todas las tropas para intentar doblegar a Antranig, sin lograrlo.
Antranig avanzó hacia Artsaj con la idea de liquidar a la turba azerí y asegurar esos dominios, y sólo se detuvo tras las promesas traicioneras del general inglés William Thompson, comandante de las tropas aliadas en Transcaucasia Oriental.
La rica historia de Antranig Ozanian está enraizada en el pueblo armenio, y es su principal legado.
Por eso hoy la estatua ecuestre del general, con un caballo de dos cabezas y blandiendo el potente sable, el mismo que cortó la cabeza de Bishará Jalil, recuerda a los armenios de todo el mundo desde una plaza de Ereván que la lucha contra la opresión turco-azerí continúa. Tal vez con nuevos métodos y con otras tecnologías, pero requiriendo la misma valentía e inteligencia que supo desplegar Antranig hace más de un siglo.
Carlos Boyadjian
Periodista