El último adiós a Sirán Badanian
El lunes 25 de noviembre, familiares, amigos y militantes de la FRA-Tashnagtsutiún se reunieron en el Cementerio de la Chacarita para despedir a Sirán Badanian Zorian, un emblema de la cultura armenia en Sudamérica. El último adiós fue precedido por las palabras de Edgardo Kevorkian, presidente de la Asociación Cultural y Educativa Armenia Hamazkaín, quien destacó la vida y legado de una mujer valiente, cuya trayectoria marcó profundamente a la cultura de la comunidad armenia.
"Venimos a despedir a una militante de la cultura", inició Kevorkian, rememorando los más de 70 años de actividad que Sirán dedicó con pasión a la defensa de la identidad armenia desde la cultura. Nacida en Siria y parte de una familia de sobrevivientes del Genocidio Armenio, Sirán se radicó en Uruguay y, más tarde, en Argentina, donde desarrolló una carrera artística destacada como soprano, además de una vida de compromiso comunitario y militancia.
Graduada como solista en el Teatro Colón, su voz brilló en numerosos recitales, incluidos memorables momentos como la interpretación de la ópera Anush de Dikranian junto al tenor André Manukian. Más allá de sus logros artísticos, Sirán también dedicó su vida a la docencia, compartiendo su amor por la música y la liturgia armenia en escuelas como Jrimian, San Gregorio El Iluminador y Arzruní.
En su rol como creadora y directora del Coro Krikor Naregatzí de la iglesia Santa Cruz de Varak en Flores, Sirán no solo promovió la música, sino también la preservación del espíritu comunitario. Por esta labor, recibió en 2017 un reconocimiento especial (Gontag) de Su Santidad Karekin II, un testimonio de su influencia en la cultura armenia.
A pesar de las adversidades, como un accidente automovilístico que afectó su movilidad, Sirán continuó activa en su labor. “Hacía lo imposible para estar donde el arte y la cultura armenias estaban presentes”, recordó Kevorkian. Su espíritu inquebrantable se reflejaba en su presencia constante, ya sea organizando eventos, escribiendo sobre la historia armenia en redes sociales o participando en reuniones desde su hogar.
Como cofundadora de la filial Hamazkaín en Buenos Aires, trabajó incansablemente para su desarrollo, gestionando espectáculos, presentaciones de libros y clases de idioma armenio occidental. Kevorkian destacó su dedicación, mencionando las reuniones que se realizaban en su hogar para facilitar su participación, incluso en circunstancias difíciles.
Más allá de su contribución cultural, Sirán era una ferviente defensora de los derechos del pueblo armenio, manteniendo vivo el reclamo de memoria, verdad, justicia y reparación por el Genocidio Armenio. “Nos deja el legado de una lucha que no conoce claudicaciones”, subrayó Kevorkian.
En su despedida, los presentes evocaron la imagen de Sirán siendo recibida con los símbolos que tanto amó y defendió: la bandera tricolor armenia y el escudo de la FRA. “Misión cumplida, querida Sirán”, concluyó Kevorkian en su sentido homenaje, dejando en el aire el eco del compromiso y la pasión que definieron su vida.
Sirán Badanian se va, pero su legado perdurará como una inspiración para las generaciones futuras, que seguirán enarbolando las banderas de la cultura y la justicia para el pueblo armenio.
Las palabras completas
En nombre de la Asociación Cultural y Educativa Armenia Hamazkain y la FRA Tashnagtsutiún venimos a traer nuestra palabra de consuelo a sus seres queridos en este triste momento.
Queridos compañeros, amigos y familiares de Sirán.
Venimos a despedir a una militante de la cultura.
Sirán Badanian nos deja y tras sus huellas quedan más de 70 años de actividad que ella desarrolló y defendió con la convicción de custodiar la identidad armenia desde la cultura.
Nacida en Siria, radicada en Uruguay y afincada en nuestro país desde los tempranos 60 donde formó una familia junto a su esposo Agop Zorian -otro de los imprescindibles- y sus dos hijas Anahid y Sirán, sus yernos nietos y bisnietos
Desde diferentes escenarios maravilló al público con su voz de soprano educada en la escuela de nuestro teatro Colón.
Aún sigue fresca en nuestra memoria aquella actuación en el teatro de la Misericordia junto al tenor André Manukian interpretando la Ópera Anush de Dikranian.
Más allá de sus presentaciones como solista dedicó parte de su tiempo en la docencia y en la dirección del coro Naregatzí de la Iglesia Santa Cruz de Varak de Flores.
Un accidente automovilístico en Armenia le produjo serias lesiones, tras lo cual y después de muchas operaciones pudo volver a caminar con la ayuda de un andador.
Aún en esas condiciones enfrentó la adversidad con enorme hidalguía y con gran esfuerzo hacía lo imposible para estar donde el arte y la cultura armenias estaban presentes.
Co fundadora de la filial de Hamazkaín en Buenos Aires trabajó incansablemente para su desarrollo y su crecimiento.
No puedo dejar de recordar las reuniones que realizábamos en la cocina de su departamento de la Av. Directorio para evitar que tenga que movilizarse con la dificultad que eso conllevaba.
Organizar espectáculos, presentar libros, coordinar las clases de idioma armenio occidental eran parte de la tarea, que ella complementaba con su presencia en las redes.
Desde el teclado de su PC volcaba sus conocimientos de historia en cada aniversario o una fecha histórica digna de recordación.
Pero más allá de sus virtudes artísticas, Sirán era dueña de un espíritu solidario y de trabajo que mantuvo a lo largo de toda su vida y donde su pertenencia a la FRA Tashnagtsutiún le permitió defender con pasión y fervor los sagrados derechos del pueblo armenio.
Como hija de sobrevivientes del Genocidio cometido por Turquía contra el pueblo armenio Sirán Badanian mantuvo siempre en alto las banderas de los reclamos de memoria verdad justicia y reparación.
Hoy venimos a despedir a aquella militante que nos deja el legado de una lucha que no conoce de claudicaciones, para enarbolar el estandarte del reclamo y el grito de justicia para nuestro pueblo.
Las puertas del cielo se abren para recibirte. Los compañeros que te antecedieron te darán la bienvenida con la ierakuin que tanto amaste y el escudo de la FRA que defendiste con pasión.
Te vas, pero nos queda tu recuerdo imborrable.
¡Vartskt gadar, querida Sirán!
Edgardo Kevorkian, presidente de la Asociación Cultural y Educativa Armenia Hamazkaín