Fondo Nacional Armenia: Objetivo Invernaderos cumplido
En 2014 el Fondo Armenia de Argentina comenzó a desarrollar un importante proyecto destinado a asistir a los agricultores armenios proporcionándoles una herramienta que los favorecería en sus cultivos minifundistas. Por lo general el campesino armenio no dispone de grandes extensiones de tierra para trabajar y tal circunstancia le impide poder producir lo necesario para sostener a su grupo familiar.
El proyecto preveía la construcción de cien invernaderos en la región de Tavush, donde comenzó la instalación de estructuras de aluminio de cien metros cuadrados cubiertas de plástico de alta densidad.
Se colocaron además sistemas de riego por goteo y calefacción por gas. Estos pabellones permiten una producción ininterrumpida y desligada de las inclemencias del tiempo lo que asegura una productividad mayor para las familias que los explotan.
El Fondo Armenia realizó una cuidada selección de los postulantes a recibir los invernaderos muchos de los cuales pudieron entregar un pequeño aporte inicial para comenzar su instalación. En aquellos casos en que la situación económica familiar del interesado no permitía tales aportes, el Fondo Armenia se hacía cargo de completar las sumas requeridas que nunca superaban el diez por ciento del valor del invernadero.
Los granjeros recibieron desde el primer día capacitación profesional a cargo de ingenieros y técnicos agrónomos que los instruyeron para poder sembrar una amplia variedad de cultivos como pepinos, tomates, chauchas, frutillas, hierbas verdes, ajo y otras especies afines al tipo de explotación.
Los viveros permitieron a las familias en primer término, autoabastecerse de alimentos y luego destinar la producción restante a la comercialización en su región. Así, la comunidad local pudo abaratar costos pues ya no dependió de los productos llegados desde el valle de Ararat, distante unos ciento cincuenta kilómetros.
Pocos días atrás, el Fondo Armenia de Argentina tuvo la inmensa satisfacción de ver cumplida su meta. Integrantes de las familias Simsiroglu, Devecyan y Ekserciyan, benefactoras del proyecto inauguró el invernadero número 100 en una emotiva ceremonia de la que participaron por supuesto los beneficiarios.
La comunidad armenia de la Argentina puede sentirse orgullosa de haber podido concretar este emprendimiento tan valioso y de efecto directo sobre la calidad de vida de los armenios de nuestra patria profunda, aquello que muchas veces es relegada, pero que es la que nos permite soñar con una Armenia mejor gracias al esfuerzo y tesón que muestran sus habitantes.