Incómodas
A quienes leen esta nota: no es para que sientan enojo, ni pena, es para que sientan incomodidad. Esa incomodidad, ese no saber qué hacer, ese preferir que algo no esté pasando, pero saber muy bien que sí está pasando. Queremos que sientan la incomodidad que vivimos día a día, año a año. La incomodidad que sentimos nosotras cuando teníamos 9 años, nosotras cuando teníamos 14 años, nosotras cuando teníamos 17 años, nosotras hoy, chicas de 9 hoy, chicas de 14 hoy, chicas de 17 hoy. La incomodidad de una vez, y de varias veces, la incomodidad de siempre.
Una vez (varias veces) una chica de 9 años escuchó que hablaban de que otra chica era horrible porque era gorda. Ella era gorda. Se sintió horrible.
Una vez (y solo una vez) unas chicas de 14 años pidieron permiso para hacer una actividad para hablar de las cosas que preocupan a las chicas: ropa y chicos. Los adultos dijeron que estaba bien.
Cuando las chicas explicaron que querían hablar de que sin importa la ropa que se pongan, nada justificaba cómo actuaban algunos chicos, los adultos les dijeron que estaba mal, que eran demasiado chicas para hablar de temas tan complicados.
Una vez (varias veces) una chica de 15 años se dio un beso con un chico. Él quería algo más, ella no. Él insistió. A ella le dio vergüenza decir que no. No dijo que no.
Una vez (varias veces), en un grupo de WhatsApp, unos adultos hablaron del cuerpo de unas chicas de 16 años. De si las menores de edad “estaban buenas” o no. A ninguno del grupo le pareció que ellas eran demasiado chicas como para que hablen así de ellas.
A la chica de 9 años nadie le dijo que no está mal ser gorda. A quienes dijeron eso, nadie les dijo que estaban diciendo algo horrible.
A las chicas de 14 años nadie les preguntó por qué querían hablar de esos “temas complicados”.
Ellas nunca entendieron por qué era un tema complicado explicar que nunca es culpa suya que las acosen.
A la chica de 15 años no le enseñaron que podía decir que no. Al chico, nadie le dijo que tenía que esperar un sí como respuesta.
A los mayores de edad ninguno de sus amigos les dijo que estaba mal hablar así de menores. Ninguno escribió para decir que hablar así no corresponde.
Nosotras así crecimos, incómodas. Porque era más cómodo no verlo, porque era más cómodo callarse, porque era más cómodo pensar que las cosas eran así y punto. “Los chicos son así, los hombres son así”.
Pero ahora, así de incómodas las vemos crecer, así las vemos sentirse. A ellas, que son más chicas. A ellas, a quienes tenemos que ayudar a crecer. Queremos que sepan lo que nosotras no sabíamos.
Queremos que sepan que ningún cuerpo es horrible.
Queremos que sepan, desde chicas, que nada, ni la ropa, justifica que las acosen. Queremos que sepan que está bien hablar de eso, y si lo hablan desde chicas mejor.
Queremos que sepan que siempre, cuando quieran, en el momento que quieran pueden decir que no, y que sepan que no es no.
Queremos que sepan los hombres, todos los hombres, que está mal sexualizar a menores de edad.
A quienes leen esta nota: no es para que sientan enojo, ni pena. Es para que sientan incomodidad.
Queremos que para ustedes, todas estas situaciones sean muy, muy incómodas, porque queremos que a ellas dejen de hacerlas sentir tan incómodas.
Garine Chorbadjian / Sofía Ketchian / Garine Morcecian
Maral Morcecian / Anush Dolmadjian / Anush Ter Akopian