Janasor, una inolvidable gesta fedaí

25 de julio de 2024

La victoriosa expedición de Janasor es uno de los grandes acontecimientos del movimiento revolucionario armenio de emancipación nacional. A fines del siglo XIX, los armenios del Imperio Otomano se encontraban en una situación de completo sometimiento y sufrimiento que comenzaba a no ser tolerada por los armenios que de a poco iban desarrollando la idea de reaccionar frente a la larga serie de atropellos e injusticias que les imponía el yugo turco.

Algunos movimientos revolucionarios iban naciendo fruto de la toma de conciencia en torno a la grave situación soportada por largas décadas. Se vislumbraba ya un levantamiento armado contra el tirano opresor.

Fundada en 1890, la FRA-Tashnagtsutiún tenía como uno de sus principales e inmediatos objetivos, la mejora de la situación de los armenios del imperio y la futura imposición de una autonomía regional con miras a una por entonces lejana independencia.

Por supuesto, aquel era un sueño de difícil concreción, por cuanto era casi imposible establecer los medios para encarar acciones conjuntas, indispensables para alcanzar objetivos de tanta dimensión.

Ante ese contexto, las primeras acciones revolucionarias se circunscribieron a los ámbitos locales. Van era una de las poblaciones donde sus habitantes ya no se sometían dócilmente a los arbitrariedades y injusticias de los otomanos. La reacción ya era evidente y los enfrentamientos eran frecuentes. Los fedaí reclutados por los partidos armenagán, henchakian y tashnagtsagán salían permanentemente en defensa de los derechos de la población armenia. El ambiente se había caldeado sobremanera cuando se registró la intervención europea que indujo la concertación de una tregua que provocó la retirada de los más de mil revolucionarios que sin embargo, fueron traicionados al ser atacados por fuerzas del ejército turco y las hordas kurdas quienes los ultimaron en las laderas del monte Karahisar.

Estos hechos de sangre calaron hondo entre los jóvenes patriotas armenios. Cansados de oír y soportar las peores vejaciones turcas, los rebeldes comenzaron a sobreponerse a la adversidad, organizándose para luchar por sus vidas y su libertad.

Estaban convencidos que era preferible morir buscando la libertad, antes que seguir viviendo en la humillación y el oprobio. Las consecuencias de estos movimientos fueron la toma del Banco Otomano el 14 de agosto de 1896 y más tarde la gesta de Janasor, el 25 de julio de 1897, hace ya 121 años.

Janasor fue en realidad un mensaje enviado a las potencias europeas y al bárbaro turco que ya masacraba sin piedad a los armenios. Se demostró que los actos de salvajismo no iban a ser tolerados más y mucho menos quedar impunes. El brazo justiciero del pueblo armenio estaba en marcha y llevaba impregnado un espíritu de reparación dirigida en especial contra la tribu kurda que había asesinado sin escrúpulos al millar de jóvenes que se retiraba de Van. Los “marzig”, una de los más salvajes y sanguinarios clanes kurdos, eran los responsables de numerosos ataques contra las poblaciones armenias, con trágicos resultados.

Apenas trescientos hombres participaron de aquella jornada heroica. Trescientas voluntades que representaron férreamente el espíritu de la resistencia armenia dando muestras de coraje y también de organización. Nigol Tumán fue su mayor baluarte y principal gestor del abandono de la pasividad de los armenios. Detrás suyo estaba la FRA-Tashnagtsutiún, con sus armas y banderas rojas proclamando “Liberación o Muerte” al frente de cada batallón de valientes fedaí.

El ideario delineado apenas siete años atrás por Kristapor, Rostom y Zavarian cobraba cuerpo y se desafiaba a la historia. La inteligencia de los valientes voluntarios suplió la enorme diferencia numérica desfavorable. Tomados por sorpresa, los kurdos no tuvieron conocimiento de lo exiguo de la fuerza atacante. Los daños causados por los efectivos armenios fueron gigantescos entre las tropas kurdas. Sin embargo, la carencia de munición y el temor a la llegada de los refuerzos del enemigo, hicieron que las tropas armenias se retiraran sin culminar su tarea. Quedaron atrás una veintena de héroes frente a los centenares de cadáveres kurdos

Janasor se convirtió de esta manera en otro triunfo de los revolucionarios y fue fuente de inspiración de otras proezas y operaciones militares de la resistencia. Los fedaí habían recibido su bautismo de fuego. La batalla de Janasor fue fuente inagotable de inspiración para la poesía popular y la canción patriótica. Sus protagonistas fueron sinceros defensores de la causa de libertad del pueblo armenio que no dudaron en entregar su vida en pos de sus ideales.

A más de un siglo de aquella gesta, nuestro recuerdo orgulloso los evoca como grandes ejemplos de armenidad.

Jorge Rubén Kazandjian       
Exdirector de Diario ARMENIA

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