Juan Carlos Tagtachian: “Uno de los desafíos es la profesionalización de nuestras instituciones”

30 de septiembre de 2021

Juan Carlos Tagtachian es Licenciado en Administración y trabajó para grandes compañías de renombre local. Su curiosidad hizo que investigara sobre las raíces de su familia algunos de los cuales llegaron a la Argentina a principios del siglo pasado y tuvieron una trayectoria importante en la formación de nuestra colectividad.

—¿Cómo es la historia de tu familia?

—Mis 4 abuelos son originarios de Aintab (Hagop Tagtachian casado con Rosa Kalfayan, y Hagop Baliozian casado con Elisa Polatian). Siempre me interesó saber sobre mis raíces, en especial sobre la historia del apellido Tagtachian. Ese interés me impulsó a hacer una investigación genealógica amateur pero muy exhaustiva durante 10 años; fue primero encontrar y luego interactuar con familiares lejanos en EE.UU., Canadá, Líbano, Inglaterra y obviamente aquí en la Argentina. Dediqué metódicamente horas de análisis y cruce de datos,  muchos de los cuales no siempre eran coherentes y utilizando documentos valiosos e incunables que datan de entre 1915 y 1918, que aún conservo como un tesoro. Así pude descubrir que había al menos 3 ramas de dicho apellido -todos de Aintab- cuyo ancestro común (su nombre aún no logré descubrir) llegó a principios de 1800 desde Sepastiá. Sentía que como nieto primogénito de mi abuelo paterno, era un imperativo hacerlo y haberlo logrado me llena de orgulloso. Mi próximo  objetivo es conocer más sobre la familia Baliozian. Sobre la familia Polatian una prima lejana hizo un trabajo equivalente al mío, lo que también me dio una gran alegría.

Central Turkish College de Aintab

Mi abuelo paterno, Hagop Tagtachian (1886-1976), era hijo de Hanna Tagtachian, un abogado prestigioso y próspero de Aintab que fue presidente de la comunidad armenia de Aintab, que a principios de 1900 llegó a contar con 36.000 habitantes sobre un total de 80.000 y representaba la primera minoría no musulmana de la ciudad. A su muerte, sus 7 hijos emigraron progresivamente tuvo 7 hermanos, que se radicaron en Siria, Líbano, Estados Unidos, Egipto y Argentina.  Mi abuelo legó a la Argentina desde Montevideo el 24 de enero de 1910, luego de que no pudiera ingresar a los Estados Unidos, donde emigró en 1908 buscando radicarse allí dado que su tía había llegado años antes. Me contaba de chico que a su llegada había no más de 300 de sus compatriotas en Argentina. Ni bien llegó comenzó a ejercer su oficio de zapatero en la zona de Congreso. En 1912 invitó a su hermano Harutiún (1888-1934) a radicarse aquí. La personalidad, formación académica y capacidad de organización en los inicios de la comunidad armenia de Buenos Aires tuvo una gran impronta en mí.

Hagop Tagtachian en su fábrica de calzados en Buenos Aires en 1913

En 1914 ambos hermanos formaron Tagtachian Hnos, la primera fábrica de calzados de inmigrantes armenios en la Argentina. La empresa tuvo un crecimiento vertiginoso y dada las conexiones con familiares en Boston, lograron la representación de una marca estadounidense (US Rubber Co.) para fabricar zapatillas. En 1921 llegó su hermano menor, Ohannnes (1900-1960),  acompañando a las futuras esposas de sus hermanos mayores, Siranush Parseghian y Rosa Kalfayan (mi abuela paterna) con quienes ambos hermanos se casaron en 1921 en Buenos Aires y cada familia tuvo 3 hijos, 2 varones y 1 mujer. En 1930, Ohannés se radicó Córdoba, abriendo la sucursal de la empresa en el interior. Tuvo 4 hijas.

Ohannés Tagtachiancon con la camioneta de repartos en Cosquín, Córdoba, en 1936

En 1929 compraron el predio de Saavedra 565 de esta capital que constituyó la sede comercial Tagtachian Hnos., fábrica de calzados y almacén de suela con clientes en el interior del país. La repentina muerte de Harutiún, verdadero cerebro de la sociedad, fue un duro golpe para la empresa. Los hijos de Hagop, mi tío Ardashés y mi padre Melkón, apuntalaron con su incorporación la continuidad de la empresa hasta 1981. Luego la tercera generación se dedicó a ejercer sus profesiones cerrando un ciclo de más de 65 años de trayectoria de la firma. Sin embargo ese totem familiar que representa el edificio de Saavedra 565, Buenos Aires, alberga aún hoy a varios de mis parientes, incluyéndome.

Tuve el honor que el el sitio Houshamadyan publicara la historia de mi rama del apellido Tagtachian en la Argentina (https://www.houshamadyan.org/oda/americas/tagtachian-collection-arg.html)

Mis abuelos maternos se casaron en Aintab en 1921, y luego de la caída de la ciudad en manos de los kemalistas huyeron primero a Aleppo, donde falleció su primogénito Antranik de meningitis. Luego se trasladaron a Damasco, donde en 1925 nació Carlos. Decidieron por referencias de conocidos emigrar a Buenos Aires, pasaron por Beirut hasta Marsella y de allí llegaron a Buenos Aires en 1926. Tuvieron 5 hijos más, siendo la menor mi madre Beatriz.

—¿Cómo influyó o qué heredaste de tu familia en cuanto a lo comunitario?

—La rama de los Tagtachian a los que pertenezco son una familia tashnagtsagán y en la nota aparte trazo una semblanza de Harutiún uno de los primeros líderes con gran peso y participación comunitaria y partidaria. Mi abuelo Hagop era simpatizante del partido. Mis padres y tíos casi no sabían armenio dado en gran parte por no haber asistido a escuelas armenias. Sin embargo participaban en reuniones sociales, sobre todo en los famosos bailes del Centro Armenio y en los actos de Unión Compatriótica Armenia de Aintab.

Mis padres decidieron que mis hermanas y yo asistiéramos a Jrimian, por lo que aprendimos el idioma. Esa formación educacional me marcó mucho, construí hermosas y duraderas amistades con mis compañeros de colegio, y continuando la tradición familiar, y por convicción ingresé a la FRA-Tashnagtsutiún y en un giro del destino formé parte durante varios años de la Redacción del Diario ARMENIA.

—¿Cómo fue tu formación?

—Soy Lic. en Administración, especializado en temas de estrategia de negocios, y de marketing y gestión comercial desde hace más de 35 años. Desde 2009 tengo mi propio emprendimiento: TAGTA Consultora Comercial para Empresas, asistiendo a varias organizaciones en dichos temas. De alguna manera incorporé parte de la habilidad comercial de mi padre, a quien acompañaba frecuentemente en sus viajes de negocio por varias localidades de muchas provincias. Llegué a la conclusión que la impronta comercial que viene de mis abuelos permeó en mí aunque mutó de vender calzados a  ofrecer servicios de consultoría comercial, negocios y marketing.

—Tengo entendido que trabajaste para grandes empresas.

—Tuve la oportunidad de ocupar altos cargos ejecutivos de Marketing en importantes empresas nacionales de diversa actividad, tamaño y cultura, como Multimedios América, American Express, Páginas Doradas del Grupo Telefónica, Garbarino, Páginas Amarillas del Grupo Telecom. Sin olvidar que también fui Administrador General del Hogar de Ancianos de HOM durante más de año y medio, experiencia que me permitió poner a disposición de dicha institución mis conocimientos para una organización comunitaria de características únicas por su rol humanitario.

—¿Cuál es el desafío de la comunidad armenia, a tu entender?

—A mi entender existen dos desafíos: Una es la profesionalización de nuestras instituciones para su mejor desempeño, y en especial para que investiguen con método las necesidades de los que participan de ellas en distinto grado y así dar respuestas adecuadas y efectivas para asegurar su continuidad, y en paralelo conocer las razones por las cuales los argentinos de origen armenio que no participan de la vida comunitaria. (quizás por nunca nos acercamos a ellos o por su desconocimiento de sus raíces, etc.), y en consecuencia diseñar estrategias para que se sumen. Es imprescindible este punto porque somos la mayor comunidad de América Latina con más de 150.000 personas de origen armenio.  Facilitaría aún más capacidad de influencia para defender nuestros intereses y continuar profundizando  nuestra inserción orgánica en la sociedad argentina, de la cual somos ciudadanos y a la cual mucho debemos mucho por haber recibido a los sobrevivientes del Genocidio Armenio perpetrado por el Estado Turco, aún impune a más de 100 años.

El otro gran desafío es monitorear y contrarrestar permanentemente la creciente presencia y poder del lobby turco-azerí en los planos diplomático, académico, artístico (imposible ignorar el impacto en la sociedad argentina las novelas turcas en los medios televisivos) y económico (como el sponsoreo de Turkish Airlines en el Club River Plate) y político del lobby turco azerí, que pretende que la sociedad argentina tenga cierta simpatía por Turquía, aunque la ciudadanía de nuestro país es plenamente consciente de nuestros reclamos y acompaña nuestra causa.

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