Karahunj: El enigmático Stonehenge armenio
La milenaria historia de Armenia alberga tesoros arqueológicos que siguen sorprendiendo al mundo. Entre ellos, Karahunj (Zorats karer), un misterioso complejo megalítico ubicado cerca de la ciudad de Sisian, captó la atención de científicos y turistas por su parecido con el icónico Stonehenge británico y su posible conexión con los astros.
Karahunj es un sitio arqueológico que los historiadores calculan que tiene más de 7500 años de antigüedad, mucho más antigua que su equivalente celta, la mundialmente famosa Stongehenge de aproximadamente 5100 años. Además, Karahunj abarca más terreno, hay más piezas visibles y las rocas, volcánicas, están finamente decoradas por la naturaleza con líquenes y musgo.
Está situado a 1.770 metros sobre el nivel del mar y extendido sobre unas siete hectáreas, Karahunj está compuesto por más de 200 piedras de basalto, algunas de las cuales alcanzan los 3 metros de altura y las 10 toneladas de peso. Muchas de estas rocas volcánicas decoradas por la naturaleza con líquenes y musgo y tienen agujeros tallados que parecen haber sido utilizados para observar el firmamento, para ver las estrellas, los solsticios y los equinoccios.
Este diseño llevó a los expertos a considerar que Karahunj pudo ser uno de los observatorios más antiguos del mundo, utilizado para seguir el movimiento de los cuerpos celestes, elaborar calendarios agrícolas y quizás realizar ceremonias rituales.
Uno de los aspectos más intrigantes de Karahunj es la disposición de sus piedras, que según algunos investigadores, replica la constelación del Cisne. Cada piedra correspondería a una estrella específica, lo que sugiere que los constructores buscaban inmortalizar en piedra un mapa estelar detallado.
El Cisne, conocido en la astronomía moderna como Cygnus, tiene una gran importancia simbólica y mitológica. Se cree que en la antigüedad esta constelación ocupaba un lugar destacado en el cielo nocturno, marcando puntos clave para la orientación y el tiempo.
Paralelismos con Stonehenge
El matemático Vachagan Vahradyan destacó similitudes significativas entre Karahunj y Stonehenge. Ambos monumentos incluyen estructuras diseñadas para marcar eventos astronómicos como el solsticio de verano, lo que refuerza la idea de un uso compartido como observatorios. Además, Vahradyan propone que los constructores de Stonehenge pudieron haber emigrado desde Armenia, llevando consigo los conocimientos astronómicos y culturales plasmados en Karahunj.
Además de su función astronómica, Karahunj está rodeado de teorías que van desde su uso como santuario religioso hasta hipótesis más audaces, como la idea de un cosmódromo antiguo. Algunos incluso sugieren que el complejo está alineado con megalitos de otros continentes, como las pirámides de China y Groenlandia, lo que plantea preguntas sobre una posible civilización global avanzada.
Karahunj sigue siendo un enigma que combina la ingeniería, la astronomía y el misticismo. Sus piedras, que parecen dialogar con las estrellas, cuentan una historia que aún no se desentrañó por completo. Mientras los estudios avanzan, este "Stonehenge armenio" permanece como un testimonio de la habilidad y el conocimiento de los antiguos habitantes de Armenia, un legado que sigue inspirando asombro y reflexión.