Karekin II pidió a la comunidad internacional y a las Iglesias hermanas “que tomen medidas para frenar las ambiciones expansionistas de Azerbaiyán”
En un mensaje dirigido a la comunidad armenia con motivo de la Bendición del Santo Myron el 28 de septiembre, Karekin II, Patriarca Supremo y Catholicos de todos los armenios, hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que tome medidas frente a las tensiones en la región. “Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional y a nuestras Iglesias hermanas, en presencia de nuestros representantes eclesiásticos y diplomáticos, para que tomen medidas eficaces para frenar las ambiciones expansionistas de Azerbaiyán”, expresó, y pidió “la protección de los derechos violados de los desplazados de Artsaj, la liberación de los armenios capturados y la preservación del patrimonio espiritual y cultural armenio de Artsaj”.
Karekin también expresó su gratitud a Dios por permitir la realización de esta ceremonia tras varios años de interrupción. “Damos gloria a Dios Todopoderoso, que nos ha concedido la gracia de realizar la Bendición del Santo Mirón, una ceremonia que no pudimos realizar anteriormente debido a los calamitosos acontecimientos de los últimos años”, afirmó el Catholicos.
Al referirse a la importancia histórica y espiritual de la ceremonia, recordó: “La bendición del Santo Mirón nos recuerda los días sagrados de la conversión de la nación armenia. Por la mano del Catholicos San Gregorio el Iluminador, bajo la majestuosa mirada del bíblico Monte Ararat, nuestro pueblo fue bautizado y ungido con el óleo santo”.
Karekin II también subrayó el valor del Santo Myron como símbolo de la unión del pueblo armenio con Cristo: “El sello del Santo Myron afirma nuestra unión con Cristo y nuestra membresía en Su Santa Iglesia. También confirma nuestra identidad nacional y la promesa de nuestra fidelidad a Dios”.
El Patriarca destacó que el Santo Myron “ha unido a los hijos e hijas de nuestro pueblo dispersos por el mundo, uniendo la patria y la diáspora”, y agregó que “el Myron se ha convertido en la sangre que fluye por las venas de los armenios, dotando a la nación de fuerza espiritual para enfrentar todas las pruebas”.
Finalmente, el Catholicos instó a los armenios a mantenerse firmes frente a los desafíos actuales: “El deber y la responsabilidad primordiales de resolver esta compleja situación son nuestros. Nos corresponde unirnos; proteger a nuestro país de nuevas intrusiones y pérdidas; y buscar formas de restablecer una vida segura y protegida para nuestro pueblo en la patria”.
Concluyó su mensaje expresando un deseo de esperanza para el futuro: “Que este nuevo Santo Mirón sea un Mirón de esperanza y renovación, un testimonio radiante de nuestra resolución de revivir nuestra vida nacional y de nuestra firmeza para superar los desafíos internos y externos”.