Karvajar: el triste destino del arte armenio usado como ladrillo

26 de junio de 2024

Los azeríes insisten en vandalizar el patrimonio armenio de Artsaj. La historia no es nueva. Ya en los años 40 del siglo pasado varios monasterios medievales fueron demolidos y los escombros usados en nuevas construcciones.

El proceso no es nuevo, de hecho, ya a mediados de los años 40 del siglo pasado, el gobierno de la República Socialista Soviética de Azerbaiyán tenía la idea fija en destruir y eliminar todo vestigio del pasado armenio en las ciudades de la histórica Artsaj, que dos décadas antes habían sido declaradas repúblicas autónomas por parte del Soviet Supremo de la URSS a instancias de Josef Stalin, aunque puestas bajo administración de Bakú. Éste y no otro es el origen del conflicto entre Azerbaiyán y Armenia por el control de Artsaj.

A lo largo de los años se fueron dando pasos concretos para cumplir ese siniestro objetivo, pero todo se aceleró luego de la injustificada agresión militar de las tropas turco-azeríes contra Artsaj, que derivó en la guerra de los 44 días en 2020. Con el fin de la guerra y el compromiso de entregar siete distritos al control de Azerbaiyán, el régimen de Ilham Aliyev se sintió con las manos libres para actuar a semejanza de un lobo frente al rebaño de ovejas.

Un reciente informe de Caucasus Heritage Watch (CHW), un think tank que sigue la actualidad histórica y política en el Cáucaso sur, dio cuenta de las increíbles decisiones de las autoridades azeríes, destinadas a avanzar en la destrucción del patrimonio artístico y arquitectónico armenio en Karvajar, al noroeste de la ocupada República de Artsaj.

A través de una nueva ronda de imágenes satelitales CHW da cuenta de la destrucción de dos escuelas que datan de la era soviética en las ciudades de Tsar y Shirag.

Ambas escuelas quedaron abandonadas luego de que en septiembre de 1993 las tropas armenias tomaron la ciudad de Kelbajar (en armenio Karvajar), muy cerca de la frontera con Armenia y sólo kilómetros del lago Seván en la provincia de Gegharkunik. En ese momento la población azerí huyó y las construcciones quedaron abandonadas.

Pero la particularidad es que en las paredes de los edificios hay numerosos fragmentos de “spolia” medievales armenios. Los arqueólogos e historiadores de la arquitectura denominan así a los elementos de piedra extraídos de una estructura antigua para reutilizarlos en una nueva, una suerte de ladrillo o algo que cumple sus funciones, pero con un valor arquitectónico y cultural muy relevante.

Saqueo cultural

“Los constructores soviéticos de la República Socialista Soviética de Azerbaiyán construyeron las escuelas durante la década de 1950 utilizando piedras de monasterios, iglesias y cementerios armenios medievales cercanos, que habían sido destruidos apenas unos años antes”, asegura el informe de Caucasus Heritage Watch.

Si bien no está clara cuál es la fecha de fundación del pueblo de Tsar, el dato más antiguo de su existencia es una inscripción armenia fechadas en 1289 y la ciudad llegó a contar con cuatro iglesias, dos monasterios y cementerios que innumerables jachkars o cruces de piedra grabada. Claramente en el siglo XIII nadie en el mundo tenía noticias de la existencia de un país llamado Azerbaiyán ni de los azeríes, que todavía estaban cabalgando por las estepas del centro del Asia.

Según reseña el informe los monasterios de Tsar fueron sede de un principado armenios entre los siglos XII y XVII y allí se elaboraron manuscritos como un libro de sermones de 1684, que hoy se encuentra exhibido en el Instituto de Investigación de Manuscritos Antiguos Mesrop Mashtots de Ereván, más conocido como Madenatarán.

También se asegura que el sacerdote Mateós Tsaretsí (Mateo de Tsar) jugó un rol clave en el establecimiento de la cultura impresa armenia en Europa en el siglo XVII. Durante centurias habitada por armenios, la población local abandonó la región de Tsar “en el segundo cuarto del siglo XVIII”, sostiene CHW.

Si bien el documento no explica la razón de la emigración, lo cierto es que el hecho ocurrió luego de la derrota y muerte de Tavit Peg (1728) y su lugarteniente y continuador de la gesta emancipadora de Syunik y Artsaj, Mjitar Sparapet, muerto en 1730. A partir de entonces la región quedó en poder del Imperio Persa, en continuas disputas territoriales con el Imperio Otomano.

De esta manera, a mediados del siglo XIX los habitantes de Tsar eran predominantemente de una tribu kurda de habla turca, que llamaba Zar a la ciudad tal como ahora la llaman los azeríes.

Política genocida

Ya a mediados del siglo XX, entre 1940 y 1950 y en el marco de la dura propagando antirreligiosa soviética, los dos monasterios fueron destruidos, lo mismo que dos iglesias y los antiguos cementerios. Cuando el gobierno de Azerbaiyán soviético decidió construir dos escuelas, los constructores no tuvieron mejor idea que utilizar como “spolia” los escombros, muchos de los pedazos tenían inscripciones en letras armenias grabadas, o figuras en relieves de la época medieval. Como resultado hoy puede verse una imagen verdaderamente trágica del destino final de vestigios de la cultura armenia.

“Entre las piedras toscamente talladas y el mortero se puede ver un solo brazo de una cruz, un pasaje con decoración entrelazada, un ángel de ojos muy abiertos y unas pocas palabras inscritas”, señaló la historiadora del arte Christina Maranci, en su ensayo “The medieval Armenian monuments in Nagorno Karabakh must be protected”, publicado en la revista Apollo el 9 de diciembre de 2020, apenas un mes después del fin de la guerra de los 44 días.

En la actualidad sólo quedan en pie dos iglesias en Tsar, Surp Krikor, construida en 1274, y Surp Sarkis de 1279. Más allá de que siguen en pie, un nuevo reporte de Caucasus Heritage Watch evalúa que ambas iglesias están amenazadas por la misma actividad de construcción que destruyó las dos escuelas.

El saldo del vandalismo azerí frente al patrimonio cultural armenio en Karvajar sorprende por la magnitud del desastre. “Las piedras con inscripciones armenias estaban colocadas al revés o de lado. En la escuela Zar, 37 de las 133 piezas de spolia tenían inscripciones. En Shirag se contaron 22 inscripciones armenias en las paredes de la escuela”, asegura el informe.

También había incrustaciones caprichosas de figuras que, a los modernos “Miguel Ángel” de habla turca, les parecieron bellos y decorativos. Es el caso de bloques de piedra y fragmentos de relieves que se insertaron al azar en las paredes de las escuelas.

En la escuela de Shirag se incrustaron figuras de santos y cabezas del león medievales flanqueando la entrada, que originalmente estaban en el cercano monasterio de Getamijo, que había sido levantado en el año 1301.

De todos modos, es bueno recordar que la política de destrucción del patrimonio cultural armenio en Artsaj o su “apropiación” apelando a la reconstrucción con supuestos criterios de arquitectura albanesa caucásica, no se detiene en el pasado.

Dos imágenes satelitales del 5 de noviembre de 2023 muestran que las iglesias de Tsar y Chirag aún estaban en pie, pero imágenes del 1 y 2 de junio de 2024, es decir este mismo mes, indican que en esas mismas locaciones sólo hay pasto.

Carlos Boyadjian
Periodista
coboyadjian@yahoo.com.ar

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