¿La bendición de Dios tiene precio?
El motivo de esta carta, es para trasladarles el desencanto que siento desde hace un tiempo con las instituciones armenias, particularmente con el Centro Armenio y la administración de la Iglesia San Gregorio el iluminador, pues hace un tiempo, ya nueve meses, cuando falleció mi padre, Juan Sergio Ortchanian, solicitamos una bendición post mortem ya que fue integrante activo de muchas instituciones, coros y demás, pero al momento de solicitarla, fui atendido por una administrativa que le puso precio a la palabra de Dios, en ese momento, pasando por todo lo que implica el despedir a un padre, no le di importancia, solicité dicha bendición en una iglesia de mi barrio, y a cambio de una donación mínima, se presentaron y dieron la bendición correspondiente, que no era la esperada, ya que somos ARMENIOS.
Hoy nuestra hija, Azul Anush Ortchanian está cumpliendo nueve meses, deseamos bautizarla en la Catedral San Gregorio, para dedicarlo además a la memoria de mi padre, y otra vez choqué con el mismo concepto, pero más directo, es decir, al momento de solicitar la fecha, la misma administrativa que me atendió oportunamente, y que todos conocemos por Susana, tomó deliberadamente una lista de “precios” y me cotizó el costo del bautismo de mi hija.
La pregunta es: ¿es lógico que la administración de la iglesia nos imponga un precio para una bendición?, Siendo el primer país en el mundo en aceptar el cristianismo como religión, es lógico que nuestra iglesia tenga una lista de precios con accesorios que suman valor agregado?
Estoy totalmente de acuerdo en que debemos colaborar con la iglesia, pero colaborar no es que te impongan un precio tal cual una S.R.L, siendo esta, en el mejor de los casos una fundación sin fines de lucro.
Descontento con esto, realicé un comentario en una red social, cansado de estas cosas que me alejan de la colectividad, estas cosas que te hacen sentir fuera, y no parte, porque si no tenés, no podes, y la misma administrativa te indica que lo hagas en la iglesia de Narek, y me encuentro con un sinfín de gente que pasó por lo mismo, o cosas mucho más desagradables y que se alejó también de la colectividad. ¿Es esto lógico para nuestros dirigentes? ¿Es lógico que echen a perder todo el esfuerzo de nuestros abuelos, de nuestros padres, y hasta los nuestros?, logrando que terminemos desintegrados, bautizando a nuestros hijos en una iglesia argentina y que seamos uno más, pero que seamos uno menos en la colectividad. Porque nuestra iglesia dejó de lado sus principios e impone precios en vez de aceptar la colaboración que uno con todo su esfuerzo pueda dar.
Recuerdo el día que se cumplieron cuarenta días de la muerte de mi padre, fuimos en familia a la iglesia a la misa de responso, y recuerdo las palabras de la homilía reclamando que cada vez va menos gente, OBVIO, ¿pero cómo no? ¡Si es constante el destrato! ¡Cómo tener ganas de ir! Si la misma administración te dice que en la iglesia de Narek es gratis.
¿Esto es lo que quieren lograr esta dirigencia? ¿Esto es a lo que apuntan? ¿A ponerle precio a una bendición? Y si no podes andate a otro lado? Da pena, me da mucha tristeza sentirme echado, como tantos que comentaron mi publicación en Facebook.
Espero que de algo sirva, espero que no le pase a ningún armenio más, espero que la iglesia de todos nosotros vuelva a ser nuestra iglesia y no el fructífero negocio de pocos.
Juan Marcelo Ortchanian
marceloortchanian@gmail.com