La COP29: Entre el cambio climático, los derechos humanos y el lavado de crímenes
La COP29 celebrada en Bakú, Azerbaiyán, se convirtió en un escenario donde las preocupaciones climáticas y los derechos humanos chocaron con las controversias geopolíticas. Este evento, promovido como una herramienta clave para combatir el cambio climático, terminó en el ojo de la tormenta debido a la cuestionada elección de su sede.
Como subrayó el Ingeniero Mario Nalpatian en su artículo para el diario Clarín, la selección de Azerbaiyán como anfitrión resulta "inexplicable" por su "casi nulo compromiso en la lucha contra el cambio climático y la descarbonización". Más aún, el país ha sido señalado por el Rastreador de Acción Climática como "críticamente insuficiente" en sus acciones climáticas, mientras promueve la expansión de la extracción de gas en un 30% durante la próxima década.
La elección de Bakú fue denunciada además como un caso de greenwashing que buscaba desviar la atención internacional de su historial de violaciones sistemáticas de derechos humanos. En este contexto, se realizó una conferencia en la Universidad de La Sorbona bajo el título “La COP29 en Azerbaiyán: del Greenwashing al Crimewashing” que profundizó la conexión entre el cambio climático, la justicia social y la crisis de Nagorno Karabaj.
El evento en La Sorbona reunió a expertos y activistas que analizaron los vínculos entre los derechos humanos y las agendas climáticas. Hovhannès Guevorkian, representante de Artsaj en Francia, puso en primer plano la dimensión humana y diplomática de la limpieza étnica que forzó el desplazamiento de toda la población armenia de Nagorno Karabaj. El Dr. Luis Moreno Ocampo, primer fiscal de la Corte Penal Internacional que participó a distancia, advirtió sobre los riesgos de que foros como la COP sean utilizados para ocultar genocidios y violaciones flagrantes de derechos humanos.
La limpieza étnica en Nagorno Karabaj, que la consejera especial de la ONU, Alice W. Nderitu, calificó como genocidio, es un recordatorio de cómo las crisis humanas pueden ser ignoradas en eventos globales. Para Nalpatian, el caso de Nagorno Karabaj expone la "politización extrema" del concepto de paz, que se utiliza para ocultar agresiones sistemáticas como las ejecutadas por Azerbaiyán.
La conferencia en La Sorbona no sólo criticó la hipocresía ecológica de Azerbaiyán sino que también buscó articular las conexiones entre justicia climática y justicia social. "El desafío", como remarcó Guevorkian, "es asegurar que el discurso ambiental no sirva de pantalla para encubrir crímenes de lesa humanidad".
Por su parte, Yannick Jadot, senador ambientalista francés, condenó el intento cínico de Azerbaiyán de utilizar la COP29 como herramienta de legitimación internacional. Catalina de la Sota, abogada especialista en derechos humanos, añadió que las instituciones internacionales deben asumir mayor responsabilidad para prevenir el abuso de poder en los foros multilaterales.
La COP29 dejó en evidencia cómo los derechos humanos y el cambio climático están profundamente interconectados. Como concluyó Mario Nalpatian en su artículo, para la ONU, el verdadero desafío radica en garantizar que los anfitriones de estos eventos cumplan no sólo con sus compromisos climáticos, sino también con los principios fundamentales de justicia y derechos humanos.