La Pontificia Universidad Gregoriana organizó una conferencia para difundir las mentiras de Azerbaiyán sobre el patrimonio cultural armenio

La Pontificia Universidad Gregoriana de la Santa Sede en el Vaticano organizó el 10 de abril la XII Conferencia Internacional titulada “Cristianismo en Azerbaiyán: Historia y Modernidad”, en colaboración con la Embajada de Azerbaiyán en el Vaticano para difundir las mentiras azerbaiyanas sobre el patrimonio cultural armenio en Artsaj (Nagorno Karabaj).
La charla generó una protesta urgente por parte del equipo de “Monument Watch: Monitoreo del Patrimonio Cultural de Artsaj”, que advirtió sobre la promoción de una narrativa revisionista que niega el rol del pueblo armenio en la historia cristiana de la región.
La conferencia se realizó sin la participación de académicos armenios ni la consulta a instituciones especializadas, a pesar de contar con investigadores de Turquía, Kazajistán, Uzbekistán, Corea del Sur, Rusia, Polonia, Italia, Georgia, Alemania, Francia, Canadá, Estados Unidos y Lituania. Monument Watch alertó que el evento difundió afirmaciones falsas al presentar sitios religiosos armenios como Amaras, Gandzasar y Dadivank como parte de un supuesto patrimonio albanés caucásico, omitiendo deliberadamente su origen, arquitectura e inscripciones armenias.
“Estamos profundamente alarmados y perplejos por la participación de respetados académicos internacionales en una conferencia donde las voces armenias están totalmente ausentes”, expresó el equipo de Monument Watch. “Estos académicos saben que estos monumentos llevan la escritura y la historia armenias, pero su silencio legitima la supresión cultural”.
El grupo instó a las autoridades académicas, culturales y gubernamentales de Armenia a responder ante lo que calificó como una campaña organizada para distorsionar el patrimonio armenio en la histórica Artsaj, en un contexto de creciente preocupación por el destino de los monumentos ubicados en zonas actualmente bajo control de Azerbaiyán.
La Santa Sede de Echmiadzin emitió una enérgica condena del evento, que se describió como parte de una campaña de propaganda por parte de Azerbaiyán destinada a negar el origen armenio de los sitios del patrimonio cristiano en Armenia y Artsaj, y a distorsionar los hechos históricos con fines de apropiación cultural.
"Este evento tuvo lugar mientras la comunidad internacional aún no ha abordado adecuadamente los actos genocidas cometidos por Azerbaiyán, el desplazamiento forzado de la población armenia de Artsaj y la destrucción y apropiación del patrimonio cultural y espiritual armenio", señala el comunicado. "Lamentamos profundamente que se permitiera que un evento tan antiacadémico se celebrara en el marco de una destacada institución educativa católica".
La Madre Sede enfatizó que tomará las medidas pertinentes a través de los canales establecidos de comunicación intereclesiástica en respuesta al incidente.
La reacción también incluyó una declaración del Primado de la Diócesis Armenia del Reino Unido e Irlanda, Hovakim Manukyan, quien expresó su profunda preocupación ante el enfoque del evento: “Encuentro profundamente preocupante el enfoque de esta conferencia, sobre todo porque corre el riesgo de legitimar una narrativa selectiva y políticamente motivada que ignora las continuas violaciones del patrimonio cultural y religioso”.
Manukyan recordó que “las autoridades azerbaiyanas participaron en la supresión sistemática del patrimonio cristiano armenio”, y citó la destrucción del cementerio medieval de Djulfa en Najicheván, donde más de 2000 jachkars fueron demolidas entre 1997 y 2006, según imágenes satelitales y testimonios. Señaló que el patrón se mantuvo en Artsaj tras la guerra de 2020 y la ofensiva militar de 2023, que provocó la limpieza étnica de más de 150.000 armenios, así como la destrucción, profanación o “restauración” de iglesias como la Catedral de Ghazanchetsots en Shushí.
Además, denunció la estrategia de Azerbaiyán de apropiarse del patrimonio cristiano armenio mediante la difusión de la teoría sobre una extinta Iglesia albanesa caucásica “como parte de una narrativa nacional inventada”.
“Organizar una conferencia sobre el cristianismo en Azerbaiyán sin abordar estas realidades —y sin la presencia de voces académicas creíbles de las comunidades afectadas— corre el riesgo de convertir una institución respetada en una plataforma para el revisionismo estatal”, afirmó.
En su declaración, concluyó: “Esto no es solo una preocupación armenia. Es un asunto de importancia global para todos aquellos que valoran la libertad religiosa, la verdad histórica y la salvaguardia del patrimonio vulnerable. La Iglesia y la academia deben ser valientes al decir la verdad, incluso cuando resulte incómoda”.