Las ruinas de Aní a través de la lente de Araz Hadjian: una mirada que trasciende el tiempo
El reino de Aní, joya medieval de la dinastía Bagratuní, fue en su tiempo un epicentro cultural y comercial que llegó a ser conocido como la "ciudad de las 1001 iglesias". Hoy, sus ruinas dispersas en un paisaje imponente y desolado, siguen evocando la grandeza perdida de una de las capitales más emblemáticas de la historia armenia. La fotógrafa Araz Hadjian emprendió el desafío de capturar esa esencia. En diálogo con Diario ARMENIA, compartió su experiencia en este sitio histórico, así como las dificultades y emociones que atravesó en su viaje.
La mirada de Araz Hadjian sobre Aní
Araz Hadjian decidió visitar Aní impulsada por la profunda carga simbólica que el sitio representa para el pueblo armenio. "Quería ver con mis propios ojos lo que tantas veces estudiamos en los libros de Hayots Badmutiún (Historia Armenia) y que en su momento parecían tierras mitológicas", explicó. Aunque había estado allí en otra oportunidad, el regreso a las ruinas le permitió reencontrarse con ese pasado latente, con la historia que resiste a la erosión del tiempo.
Organizó su travesía desde Kars, la ciudad más cercana a Aní, aprovechando los transportes regulares que permiten recorrer el sitio en una visita de pocas horas, pero la brevedad del recorrido no le impidió sumergirse en la atmósfera única del lugar.
"Las sensaciones que me atraviesan estando en territorios usurpados por Turquía son de profundo dolor ante la pérdida de lo que alguna vez perteneció a Armenia", relató. "Es un dolor enorme ver lo que perdimos". Pese a la devastación, la fotógrafa resaltó la belleza visual del sitio y la carga emocional que conlleva el hallazgo de nombres armenios o los restos dispersos de antiguas iglesias.
A lo largo de sus viajes por Turquía, Hadjian se encontró con una paradoja inesperada: la amabilidad de los habitantes hacia los armenios. “Este fue mi cuarto viaje y, aunque en un principio temí algún inconveniente, siempre fui bien tratada. Incluso me han comentado en Diyarbekir o en Aghtamar que cuando los armenios vivían allí, la región era más próspera”, contó.
Su trabajo como fotógrafa y su interés por territorios sensibles le trajeron varios incidentes con la policía secreta turca. En más de una ocasión fue interrogada y le exigieron revisar su material fotográfico, pero logró evitar complicaciones mayores. "La situación más incómoda fue cuando, en un sendero de montaña, acepté subir a un auto con lo que parecían turistas. Apenas me senté, sacaron sus credenciales de policías. Esa vez sí sentí nervios", confesó.
Aní, un símbolo de la historia armenia
El Reino de Aní fue “un puente esencial entre la Armenia de la Antigüedad y la modernidad”, según explica el exdirector de Diario ARMENIA Juan Ricardo Yerganian, en su reciente libro Breves relatos de una gran historia. Yerganian destaca que sin Aní, Armenia podría haber corrido la misma suerte que otras civilizaciones desaparecidas sin dejar huella. Sin embargo, su ubicación estratégica la convirtió en un blanco constante de invasores.
En 1045, el reino fue entregado a Bizancio, debilitando la resistencia armenia frente a la expansión selyúcida. Menos de dos décadas después, en 1064, las tropas de Alp Arslan arrasaron la ciudad, marcando el inicio de su declive. Para Yerganian, los acontecimientos que llevaron a la pérdida de Aní encuentran un inquietante paralelismo con la entrega de Artsaj tras la guerra de los 44 días. “Exactamente mil años después, ¡cuántas semejanzas!”, señala el autor.
A pesar de su caída, Aní sigue siendo un símbolo de la identidad armenia. Su legado arquitectónico, con joyas como la Catedral de Aní -diseñada por el renombrado arquitecto Trdat-, es testimonio de su grandeza pasada.
La trayectoria de Araz Hadjian
Araz Hadjian nació en Alepo, Siria, y llegó a Argentina con solo dos meses de vida. Actualmente reside en Ushuaia y Buenos Aires y cuenta con una extensa trayectoria en la fotografía. Su trabajo la llevó a documentar crisis humanitarias en diferentes partes del mundo. En 2016, fue voluntaria en el campo de refugiados de Idomeni, Grecia, donde retrató la difícil situación de miles de desplazados. También estuvo en Kornidzor, Goris, en septiembre de 2023, capturando las imágenes del exilio forzado de la población de Artsaj tras los ataques de Azerbaiyán.
Además, presentó la muestra Como dos gotas de agua en el Aeropuerto Internacional Zvartnots de Ereván, en conjunto con la Embajada Argentina en Armenia. Allí, exhibió un paralelo visual entre paisajes de Argentina y Armenia, resaltando la conexión entre sus dos patrias.
"En Argentina soy armenia, y en Armenia soy argentina", reflexiona Hadjian, quien sigue explorando con su cámara los hilos invisibles que unen la historia, la identidad y la memoria.
Sus fotografías de Aní no solo capturan ruinas: son testimonio de una civilización que, aunque golpeada por la historia, se niega a desvanecerse.