Los armenios y la fe cristiana
Puntos de vista
Sería inútil negar que al paso del tiempo una parte importante de la humanidad ha ido perdiendo la fe, alejándose de Iglesias y Templos, incluyendo a otros milenarios credos, además del cristianismo, cuales fueran flaqueando su relación con el Poder Supremo, el mismo que permaneciera durante siglos en la historia universal como movilizador intangible de la materia humana. En igual o mayor proporción los valores y principios básicos que enaltecen a las personas han caído en el abismo, la proliferación de sectas y organizaciones llamadas religiosas, con propósitos exclusivamente de lucro, han traído todavía más confusión, especialmente en gente de condición humilde y limitados recursos intelectuales. La Iglesia Apostólica Armenia que congrega mayoritariamente a nuestro pueblo, siendo abanderado del cristianismo desde hace más de 1700 años, ha tenido en su Iglesia la columna más poderosa de su existencia, en los más diferentes puntos geográficos del mundo la fe de los armenios ha mantenido su identidad, ha convocado a sus hijos, les ha abierto las puertas para organizar y fortalecer sus instituciones, en una palabra Iglesia e identidad armenia mancomunadas han sostenido nuestra existencia.
Afortunadamente en Armenia hoy, la fe y la adhesión a la Iglesia se ha visto renovada y fortalecida a pesar de largos años de proscripciones y amenazas bajo un régimen ateo y autoritario, es así que no solamente cada domingo, los fieles tienen las puertas abiertas todos los días de la semana para elevar sus plegarias en la propia Casa de Dios, haciéndose incesante el desfile de gente a toda hora, con la presencia sorprendentemente mayoritaria de jóvenes. Un cuadro absolutamente inverso se aprecia cada día más preocupante en la diáspora occidental, los motivos que suelen manifestarse son tan extensos como vacíos, pretextos sobre los que cada uno de nosotros deberíamos de reflexionar íntimamente en el propio ámbito sagrado de nuestra Iglesia, evaluando los alcances de nuestra fe, revirtiendo la indiferencia y el abandono del diálogo con Dios, posible entre las Santas paredes de la Iglesia Armenia. Es lo mínimo que deberíamos de hacer como herederos de un pueblo que no dudó en ofrendar su vida sin resignar su fe cristiana.
En este ámbito, ante el feliz acontecimiento que significa cumplir los primeros dieciséis años de vida de la Iglesia Apostólica Armenia Saint Mary de Hollywood, Miami, el próximo 14 de diciembre, el renovado reconocimiento a la familia que hiciera posible su existencia y a todos aquellos que aportan su contribución permanente a la gran tarea espiritual que realiza el padre Vartan Joulfayan, la oportunidad es propicia una vez más para despertar una nueva actitud, poblar nuevamente nuestras Iglesias, centenares de ellas dispersas por el mundo, construidas con fe, amor e innumerables esfuerzos, elevadas justamente para unirnos en la plegaria, fortaleciéndonos como individuos y como pueblo.
A.K.