Los orígenes: Hayasa-Azzi y Nairí, los antecesores de Urartú

05 de marzo de 2023

El hasta hoy controvertido tema sobre el lugar de origen de los pueblos indoeuropeos ha vertido ríos de tinta por parte de los historiadores. Contrariamente a las opiniones y teorías citadas en la nota anterior (Urartú, los Armén: ¿Qué sabemos de la antigua Armenia?) el historiador G. Moumdjian (*) sostiene que “las investigaciones de los últimos años señalan como patria originaria de los indoeuropeos la región de Asia cercana a la Meseta Armenia, lugar desde donde comienza su dispersión por el mundo. Como consecuencia, los Armén no migraron a la Meseta sino que son autóctonos del Altiplano armenio” (1).

Por su parte, el académico de Harvard James Russell (**) sostiene que en tiempos recientes se ha avanzado en la hipótesis de que los primeros indoeuropeos fueran nativos del Altiplano armenio. “Siendo así, en el caso de los armenios, nunca tuvo lugar una migración masiva a su hogar actual desde ningún otro sitio”, señala.

Existe un consenso creciente entre académicos “revisionistas” que rechazan la teoría “clásica” del origen balcánico de los Armén y en cambio argumentan que los mismos han estado presentes en Armenia desde al menos el 1.500 a. C. En un detallado estudio publicado por Armén Petrosyan, miembro del Instituto de Arqueología y Etnografía de Yereván, el autor sugiere varias hipótesis acerca de los proto-armenios en la era pre-urartiana, señalando en todos los casos como origen la Meseta Armenia o zonas aledañas (2).

Citando una vez más al historiador James Russell, “cuando uno se refiere a los antiguos armenios, se trata de un pueblo que se identifica a sí mismo como tal, siendo su común denominador el idioma(...) Los armenios emergen de un complejo proceso de interacción cultural, como herederos de una unión de antiguas y ricas civilizaciones (...) Sea cual fuere la teoría que uno esté dispuesto a adoptar, es indiscutible la presencia de armenios –que hablaban su idioma propio- en Armenia a finales del segundo milenio a.C. Ellos interactuaron allí con los urartianos, quienes dejaron pruebas escritas de su cultura”, concluye el académico (3).

En otras palabras, las teorías más recientes sostienen que la antigua historia de los armenios no empieza con –ni después de- Urartú, ni entre los siglos IX a VI a.C., sino mucho antes. Pero veámoslo por partes. Porque hasta la formación del Reino de Urartú, mucha agua corrió bajo el puente.

En tiempos en que los acadios -sucesores de los sumerios-se constituyen como imperio en Mesopotamia, en la Meseta Armenia surgen los primeras entidades estatales pre-urartianas. El rey acadio Naram-sin, en una de sus inscripciones cuneiformes, deja asentado para la posteridad que su ejército ha atacado el país ubicado al norte, denominado Armanum o Armani. “Es decir que hace aproximadamente 4.000 años Armenia ya era conocida con ese nombre, probablemente debido a los indoeuropeos Armén, quienes prevalecieron entre los habitantes autóctonos de la Meseta”, afirma Moumdjian.

No se sabe con certeza si el país Armani constituyó un estado central organizado. Algunas excavaciones y fuentes históricas señalan que en Armani vivían diversas tribus autónomas y que la más importante de ellas eran los Armén. Lo que las excavaciones arqueológicas sí han demostrado con certeza es que el primer estado –o confederación tribal- constituido en la Meseta Armenia fue el denominado Hayasa-Azzi (pronunciar Haiasa).

Con el correr de los tiempos, el poderoso Imperio acadio ubicado al sur de la Meseta Armenia se debilita y en el siglo XVIII a. C. aparece en la escena del Asia Menor -al oeste de Armenia- el Imperio hitita o Hatti, con capital en Hattusa, que perdurará hasta el siglo XIII a.C. Es gracias a las inscripciones de los hititas que nos llega la información acerca del país vecino Hayasa-Azzi, al otro lado del río Éufrates, también llamado por ellos Azzi-Hayasa.

Los reyes de Hatti atacan en varias ocasiones a la vecina Hayasa-Azzi, la que opone resistencia e incluso contraataca, muchas veces con la ayuda de pueblos vecinos. Las inscripciones hititas encontradas en Hattusa, son esclarecedoras: Hayasa-Azzi es un estado poderoso, con cultura propia, una economía desarrollada en base a la agricultura y que se defiende de los ataques del ejército hitita.

Algunos historiadores sostienen que las palabras Haiastán (Armenia en idioma armenio) y hai (armenio, el gentilicio) provienen del nombre Hayasa, cuya civilización se extiende por un período de cerca de 500 años (siglos XVIII al XIII a.C.).

Nairí versus Asiria

Las interminables guerras entre Hayasa-Azzi y Hatti terminan por debilitar a ambos bandos y el que sale ganando de la situación es el incipiente Imperio asirio en Mesopotamia. A partir del siglo XIII a.C. los reyes asirios atacan Hatti y la someten.

Le llega el turno también a Hayasa-Azzi. Lo llamativo es que en las inscripciones cuneiformes asirias, el estado pre-urartiano ubicado al norte del Imperio asirio deja de mencionarse como Hayasa-Azzi y pasa a denominarse Nairí. Los ejércitos del monarca asirio Teglat-Falasar arremeten contra Nairí, no sólo una sino en tres ocasiones, lo que demuestra la dificultad que deben enfrentar para subyugar a su vecino. Nairí finalmente es derrotado pues no logra oponer una resistencia unificada. Falasar destruye y saquea el país de los armenios y se lleva un gran botín así como miles de prisioneros a Asiria.

Con la caída de Nairí desaparece la entidad estatal hasta que Urartú, uno de los principados que conforman el país, a orillas del lago Van, asume la ardua tarea de crear un poderoso reino y unificar a los armenios en torno a la defensa contra el Imperio asirio. Algunos estudiosos señalan que la palabra Urartú es una variante de la palabra Ararat. Por su parte, Russell destaca que los urartianos denominan a su país Biaina (Biainili) nombre que perdura en el Van armenio, y que “Urartú” provendría de una palabra asiria que significa “lugar alto”.

El Reino de Urartú comienza a fortalecerse y extenderse a partir del siglo IX a.C. Poco tiempo después domina todo el territorio de su antecesor Nairí y es el centro del nuevo Estado armenio. Y no es de extrañar que a partir de ese momento los asirios comiencen a utilizar en sus inscripciones cuneiformes el nombre de Urartú y no el de Nairí para denominar a la Meseta Armenia.

“El Altiplano armenio ha sido desde tiempos muy remotos la patria ancestral de los armenios y ningún otro pueblo puede afirmar que ha vivido en esas tierras antes que sus autóctonos habitantes armenios”, señala Moumdjian.

“La Armenología –dice Petrosyan concluyendo su extenso estudio- se ha politizado al igual que el resto de los Estudios Orientales. Colosales recursos y energía se utilizan para apoyar puntos de vista y perseguir objetivos políticos, en lugar de revelar la verdad histórica a través de discusiones científicas imparciales. La mayor parte de la Armenia histórica (rebautizada “Anatolia Oriental”) se encuentra actualmente en Turquía, la cual está llevando a cabo una política de minimizar el rol de los armenios en la historia. Los términos Armenia y armenio han sido casi excluidos del léxico de algunos de los estudios sobre la historia antigua del Altiplano armenio”.

“(...) Y no se tienen en cuenta hechos importantes como que los proto-armenios habitaban en el oeste del Altiplano antes de la formación de Urartú; (...) que los armenios son los sucesores genéticos y culturales de la antigua población de Urartú y de los estados pre-urartianos del Altiplano y finalmente, que la historia del pueblo armenio no comienza en el período post-urartiano, sino que incluye a Urartú y sus estados predecesores”.

Ricardo Yerganian
Exdirector de Diario
ARMENIA

Notas

(*) G. Moumdjian, Ph. D., University of California at Los Angeles (UCLA, Dept. of History).
(**) James Robert Russell (nacido el 27 de octubre de 1953) es un erudito y profesor de Estudios del Antiguo Cercano Oriente, Irán y Armenia. Ha publicado extensamente en revistas y ha escrito varios libros. Russell es profesor emérito Mashtots de Estudios armenios en la Universidad de Harvard.
(1) G. Moumdjian,  Mer Badmutiune, (Nuestra historia), Los Angeles, 1997, pp. 34-35 y 42-48.
(2) J. Russell, The formation of the Armenian Nation, The Armenian People from ancient to modern times, Vol. I, Edited by Richard G. Hovannisian, St. Martin Press, New York, 1997, pp. 24-26.
(3) A. Petrosyan, The problem of identification of the Proto-Armenians, Journal of the Society for Armenian Studies, Vol. 16, Yereván, 2007, pp. 50 y ss.

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