Maestra de maestros
Esta mañana amanecimos con la triste noticia de tu partida.
De fuertes convicciones, estricta, rigurosa, minuciosa, abnegada. Humana, solidaria, compañera, cálida.
Trabajadora incansable la primera en llegar y la última en irse. Conocedora de cada rincón de la escuela y de las personas que allí trabajaban.
Fuiste precursora en muchas cosas, en la inclusión que hoy tanto se habla, todos los alumnos armenios tenían derecho de estudiar en Jrimian, provinieran de donde proviniesen, y con las condiciones y capacidades que tuviesen.
Generadora de grupos de trabajo. Camada de profesores que hicieron nuestra escuela prestigiosa te recuerdan. Muchos de ellos posteriormente fueron directores de escuelas.
Fui tu alumna y colega. Conocí tus sentimientos y sufrimientos. Eras capaz de llevar a un alumno/a a un cumpleaños de quince un sábado a la noche en tu auto, o prestar ropa, cartera y zapatos para que ninguna alumna quedara sin ir a una fiesta.
Ayudaste silenciosamente a muchos, sé que lo hiciste, en épocas oscuras y difíciles donde la educación estaba en jaque.
Nada escapaba de tu mirada.
No tuviste hijos pero dejaste a generaciones con tu marca. Tu pasión trascendió. Por alguna razón tantos alumnos de Jrimian en la actualidad presiden instituciones, en Argentina y en el exterior.
En estos días que innumerables recuerdos y fotos recorren por las redes nos conmueve la noticia.
Tu incansable lucha por la educación, las ganas y garrra que ponías en todo lo que Jrimian emprendía, ha dejado huellas.
Tu camino de tizas ha llegado al final.
Querida Farix, no te olvidaré porque cada día estás y estarás en mí.
Sandra Agopian
Vicedirectora de la sección primaria del Colegio Armenio Jrimian