Nuestros dos corresponsales llegaron a Artsaj y en la redacción nos cuesta dormir
El 14 de octubre, Betty Arslanian y Leo Moumdjian, periodistas de Argentina y de origen armenio, llegaron a Artsaj acreditados por el Diario Armenia, al 18º día del comienzo de la guerra de Azerbaiyán y Turquía contra Artsaj y Armenia.
En la redacción nos cuesta dormir.
"Cuidate", es la palabra que más se repite en cada intercambio de mensajes. No porque no vayan a hacerlo: simplemente es un mantra que repetimos para intentar preocuparnos un poco menos, para colocar la responsabilidad del cuidado en ella y en él, aún sabiendo que lo que pase excede a cualquier persona.
El periodismo no es fácil en estos tiempos. Es uno de los pocos trabajos donde, además de poner el cuerpo, se pone el alma. El periodismo implica no solo un esfuerzo físico, sino también la puesta en juego del nombre, de la reputación y del legado de quien lo ejerza.
Pero el periodismo de guerra es distinto.
El 15 de octubre Betty Arslanian y Leo Moumdjian recorrieron el hospital de Martakert, Artsaj, bombardeado por Azerbaiyán el día anterior. Los bombardeos seguían escuchándose desde el fondo. El solo hecho de caminar por Stepanakert ya implica el riesgo de detonación de alguna de las bombas de racimo, armamento prohibido por las convenciones internacionales y que Azerbaiyán utiliza indiscriminadamente contra la población civil de Artsaj. Y ser detenido por el Ejército de Azerbaiyán es casi una sentencia de muerte, dados los antecedentes.
En el periodismo de guerra se pone en juego la propia existencia de cada periodista. No buscan reconocimiento. No lo hacen por plata. Ni por prestigio. Nadie pone en juego todo, solamente por eso. Ponen en juego todo por la lucha colectiva, por sus amistades y sus familias, por la causa. Por amor en definitiva.
Y por esa misma razón es que en la redacción nos cuesta dormir.
Redacción del Diario Armenia