Panorama actual de la comunidad armenia en Alepo, Siria, en medio de la invasión y ataques de los grupos terroristas rebeldes apoyados por Turquía

03 de diciembre de 2024
Ph.: REUTERS/Mahmoud Hassano

El 29 de noviembre, grupos terroristas rebeldes apoyados por Turquía iniciaron una invasión a Alepo, Siria, ciudad que cuenta con una importante comunidad armenia y que fue capturada por la oposición al Gobierno sirio de Bashar al-Assad.

La situación en Alepo mejoró ligeramente en las últimas horas, con cierta calma diurna tras los bombardeos realizados por las fuerzas rusas y sirias. Sin embargo, la ciudad sigue enfrentando desafíos considerables debido a las condiciones de guerra, incluidas interrupciones en los servicios básicos y restricciones de movimiento.

Según Zarmik Boghikian, editor del semanario Kandzasar, la comunidad armenia de Alepo está afrontando estas dificultades con organización y apoyo mutuo. Aunque el suministro de agua fue parcialmente restablecido y el pan ahora se distribuye a través de centros comunitarios como el agump "Aram Manukian", persisten limitaciones en el acceso a otros recursos esenciales. Los médicos armenios locales también están ofreciendo asistencia inmediata a quienes lo necesitan.

El toque de queda nocturno y las patrullas durante el día obligan a reducir la actividad en las calles, limitando los movimientos de la población a lo estrictamente necesario. Aunque algunos comercios y talleres reabrieron, las escuelas, universidades y la mayoría de las instituciones permanecen cerradas.

Boghikian subrayó que no se registraron saqueos en las zonas armenias, en parte “gracias a la vigilancia comunitaria de nuestros muchachos”, dijo. Sin embargo, la inseguridad persiste en otras áreas de la ciudad. Por otro lado, no se reportaron reuniones oficiales entre militantes y líderes comunitarios armenios, aunque por ahora se percibe una actitud relativamente positiva hacia los habitantes.

El número exacto de armenios que permanecen en Alepo es incierto ya que no se realizaron censos recientes y muchos dejaron la ciudad en busca de seguridad. Actualmente, las salidas están restringidas, lo que agrava la incertidumbre sobre el futuro inmediato de los residentes. Además, se reportó una persona de origen armenio asesinada durante el conflicto, el Dr. Yervant Arslanian nacido en 1958.

En medio de la crisis, la comunidad armenia de Alepo demuestra resiliencia y solidaridad, organizándose para enfrentar los retos diarios en una ciudad marcada por el conflicto.

Hay actualmente 4 actores principales en Siria:

Alepo: un pilar en la historia y el alma de la diáspora armenia

Para la diáspora armenia, Alepo no es simplemente un lugar en el mapa; es una piedra angular de su historia, su cultura y su supervivencia. Esta ciudad, junto con Beirut, desempeñó un papel crucial en la formación de lo que hoy conocemos como la diáspora armenia. Ambas alimentaron, literalmente, una generación de armenios que, desplazados tras el genocidio de 1915, encontraron refugio y un nuevo hogar en el Medio Oriente antes de que muchos de ellos continuaran su camino hacia Occidente.

Alepo creció y destacó especialmente en su aporte a la enseñanza y a la preservación de la identidad armenia. Fue un bastión para la literatura armenia occidental, un espacio donde se continuó escribiendo, publicando y enseñando en un idioma y un estilo que enfrentaban el peligro de desaparecer.

Sin embargo, la relación entre los armenios y Alepo no comenzó con el genocidio ni con la diáspora que surgió de él. La presencia armenia en la ciudad tiene raíces profundas que se extienden por lo menos hasta el siglo XVIII. Fue entonces cuando los armenios ya participaban activamente en la vida cultural y social de Alepo. De hecho, la primera imprenta que llegó a la ciudad fue introducida por un armenio, marcando un hito en el despertar ilustrado de la región. En ese sentido, los armenios fueron parte integral del movimiento de la ilustración que transformó las sociedades del Medio Oriente durante los siglos XVIII y XIX.

Con la tragedia del genocidio, la narrativa sobre la presencia armenia en Alepo se transformó profundamente. La ciudad pasó de ser un lugar de contribución y florecimiento cultural a convertirse en un refugio para quienes habían perdido todo. Desde allí, muchas familias armenias comenzaron un arduo proceso de reconstrucción, plantando semillas que luego, tras los distintos acontecimientos de Siria, germinaron en comunidades de la diáspora en Europa, América del Norte y, en menor medida, América del Sur.

Por esto, cada golpe que Alepo sufre hoy, como la reciente toma por parte de grupos opositores en el marco del conflicto sirio, resuena dolorosamente en el corazón de la diáspora armenia. No es solo un golpe a una ciudad, sino a un legado compartido, a una historia de resistencia, creatividad y supervivencia. Alepo, con todo su peso histórico, sigue siendo para los armenios más que un recuerdo: es un símbolo vivo de lo que se puede preservar y construir incluso en medio de las adversidades más devastadoras.

El Gobierno de Armenia retiró a la misión humanitaria de Alepo en este momento crítico

El 29 de noviembre, el Gobierno de Armenia evacuó a los especialistas de la misión humanitaria armenia en Alepo en un avión de transporte militar del Ministerio de Defensa que los llevó a Ereván. "Teniendo en cuenta la situación creada sobre el terreno, se tomó la decisión de suspender temporalmente las actividades del grupo profesional de trabajadores médicos y de desminado humanitario en Alepo”, dice el mensaje oficial.

La decisión del retiro del equipo humanitario se toma en un momento crítico y crecen las preocupaciones y los cuestionamientos sobre la falta de presencia estatal armenia en la región debido a la reciente toma de la ciudad de Alepo, un enclave histórico y estratégico para la diáspora armenia, por grupos rebeldes incentivados por Turquía.

La misión, que había sido desplegada en 2019 con el apoyo de Rusia y compuesta por más de 80 zapadores y médicos militares, representaba una contribución significativa de Armenia a la estabilidad de la zona y marcaba una señal de compromiso de Ereván con los armenios de Alepo y su retiro puso el tema en el centro del debate según consigna Civilnet.

El grupo de la misión humanitaria armenia no está armado y su seguridad está garantizada por la unidad de la Policía Militar de Armenia. Aunque la Policía Militar forma parte del Ejército armenio, no se considera una unidad de combate y tiene funciones policiales. Su función era realizar patrullas y control del territorio para proteger contra posibles ataques y provocaciones y garantizar la seguridad.

A esto se suma la ausencia en la ciudad de Ara Avetisiyan, cónsul general de Armenia, en esta ciudad quien asumió el cargo el pasado 14 de septiembre y se encontraba fuera de Alepo en el momento del ataque, según el Ministerio de Asuntos Exteriores armenio, que informó que había viajado a Damasco días antes del inicio de los enfrentamientos.

La percepción generalizada es que los armenios de Alepo han vuelto a depender de sus estructuras y líderes comunitarios locales, ante la ausencia de una coordinación visible por parte del gobierno armenio y es interpretado como un reflejo de la inacción del Estado armenio frente a las necesidades de sus compatriotas en el extranjero, especialmente en situaciones de emergencia.

"Es en estas situaciones donde el Estado debe demostrar su capacidad y responsabilidad. El cónsul en Alepo representaba al Estado armenio y debió asumir el liderazgo en la coordinación y seguridad de los armenios en este momento crítico", señalaron fuentes críticas de la comunidad.

Los llamados a una mayor implicación estatal incluyen la posibilidad de organizar una evacuación segura hacia Armenia si las condiciones lo requieren, dejando de lado intereses locales que priorizan la permanencia de la comunidad en Alepo a cualquier costo.

La crisis en Alepo resalta desafíos recurrentes para Armenia en la protección de sus comunidades diaspóricas en contextos de conflicto. Esta situación también revive debates sobre la actuación del gobierno frente a escenarios similares, como ocurrió con Artsaj.

La ausencia del cónsul en un momento tan delicado no solo deja preguntas sin respuesta, sino que también subraya la necesidad de una estrategia más sólida y proactiva para garantizar la seguridad y el bienestar de los armenios en zonas de riesgo.

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