Pietro Sorba visitó el Restaurant Armenia y destacó su legado gastronómico
![](https://www.diarioarmenia.org.ar/wp-content/uploads/2025/02/pietro-sorba-en-restaurant-armenia.jpg)
El periodista y crítico gastronómico Pietro Sorba visitó recientemente el Restaurant Armenia en Buenos Aires, donde exploró la riqueza de la herencia culinaria armenia y su profundo vínculo con la identidad cultural de este pueblo. Su experiencia quedó reflejada en una nota publicada en Clarín, donde resaltó la autenticidad de la propuesta del restaurante, la variedad de su carta y la historia que cada plato transmite.
En su artículo, Sorba se refirió al libro Platos y festines en la antigua Armenia, publicado en 1912 por el padre mequitarista Vardan Hatsuni, como "una herramienta imprescindible para la comprensión del vínculo entre este pueblo euro-asiático y su esquema gastronómico". Destacó que la obra, de más de quinientas páginas, "describe minuciosamente mesas y banquetes, despensas y graneros, alimentos típicos, utensilios, modales y costumbres, técnicas, el valor simbólico del pan y de la sal, los fundamentos del sagrado ritual culinario del madagh, las comidas que fortalecen las almas, los ayunos y los alimentos impuros".
El Restaurante Armenia, ubicado en la Asociación Cultural Armenia, mantiene durante décadas una propuesta fiel a sus raíces. Eduardo Costanian asumió su dirección en 1994 y en 2004 se sumó Pablo Kendikian. Juntos, sostienen la idea de que "la comida es el vehículo ideal para presentar y preservar la historia y el legado de Armenia", lo que ha permitido que el restaurante continúe vigente después de 40 años.
La propuesta gastronómica cuenta con más de 70 opciones que incluyen una amplia variedad de mezze (entradas), carnes a la parrilla al estilo armenio, platos principales y postres tradicionales. Sorba resaltó en su nota que en los últimos tiempos se ha "potenciado aún más la conexión con las recetas de la memoria", sumando especialidades emblemáticas como el omelette de basterma, un plato en el que "la simpleza emociona", y los blinchik, "deliciosos cañoncitos, fritos y alargados, de masa de panqueque que encierran un relleno sabroso de carne vacuna condimentada con sentimiento".
Otro de los platos destacados fue el jachapuri, descrito como "una masa de pan de bordes altos que contiene un relleno copioso de queso y huevo de yema cremosa". Para el cierre dulce, Sorba mencionó el helado de baklavá, acompañado por la posibilidad de participar en la lectura de borra de café y disfrutar de bailes típicos armenios.