Ruben Vardanyan inició una huelga de hambre en medio del escandaloso y falso “juicio” del régimen de Azerbaiyán: “El silencio ante tales violaciones allana el camino a futuras tragedias”

19 de febrero de 2025

El empresario y filántropo armenio Ruben Vardanyan inició una huelga de hambre para protestar por el falso “juicio” orquestado por el régimen dictatorial de Azerbaiyán el 19 de febrero, en medio de escandalosas violaciones a los derechos humanos por parte del Gobierno azerbaiyano contra los prisioneros y rehenes armenios de la República de Artsaj (Nagorno Karabaj).

La familia de Ruben Vardanyan transmitió su mensaje a la comunidad internacional tras una breve llamada telefónica:

“Ayer decidí protestar declarándome en huelga de hambre contra la farsa judicial que se está llevando a cabo contra mí. Esta es mi respuesta a las flagrantes violaciones del derecho procesal azerbaiyano y del derecho internacional. Lo que está sucediendo en la sala del tribunal no puede llamarse juicio; es un espectáculo político, en el que se está ignorando deliberadamente mi derecho a un juicio justo.

Durante el último mes, mi abogado local, Avraam Berman, y yo hemos intentado dejar claro al tribunal que para mí es fundamental que este supuesto “juicio” sea objetivo y no una actuación simulada. Lamentablemente, desde el principio quedó claro que este caso tiene como objetivo perseguirme como armenio simplemente por ejercer mis derechos a la libertad de opinión y expresión y a la participación política conforme al derecho internacional, que tienen como objetivo proteger los derechos de la población armenia-cristiana de Artsaj.

A pesar de que Azerbaiyán es un Estado Parte del Convenio Europeo de Derechos Humanos y del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, este proceso también ha estado repleto de graves abusos del debido proceso:

  1. Me están juzgando en un tribunal militar ilegal y no en un tribunal civil.
  2. No me concedieron pleno acceso a la acusación y a las llamadas “pruebas” en mi contra: 422 volúmenes en azerbaiyano, para los que me dieron solo 21 días hábiles para revisarlos, que fueron clasificados como “secretos de Estado”.
  3. La “acusación” que se me presentó no es un documento oficial, ya que carece de las firmas de mis acusadores. Incluso la traducción de este supuesto documento contiene errores graves, lo que me impide comprender los cargos que se me imputan.
  4. Se me negó el derecho a la defensa: a mi abogado local, Avraam Berman, se le restringió el acceso a los materiales, se le confiscaron sus documentos y se le sometieron a presiones psicológicas. Además, a mi equipo jurídico internacional se le prohibió comunicarse conmigo o visitarme y no tuvo acceso a ninguno de los materiales del caso.
  5. No se me permitió citar a testigos de la defensa ni presentar denuncias sobre las violaciones cometidas durante la investigación y el juicio.
  6. Todas las audiencias fueron secretas y a puertas cerradas. Se prohibió la entrada a la sala del tribunal a periodistas extranjeros y representantes internacionales independientes.

Este supuesto "juicio" no es sólo contra mí. Es un intento de criminalizar a todos los armenios: a todos los que apoyaron y demostraron compasión hacia Artsaj y su gente, a todos los que mostraron compasión. Es un ataque a toda una nación. Me niego a participar en esta farsa.

Hago un llamamiento a los dirigentes mundiales, a las organizaciones internacionales, a los defensores de los derechos humanos y a los miembros de la prensa:

Este proceso exige su atención. La imitación de la justicia es una aprobación de la anarquía y la injusticia. El silencio ante tales violaciones allana el camino a futuras tragedias, alimentando la hostilidad y una nueva ola de odio. Sólo a través de la verdad, el derecho y la humanidad se puede garantizar la paz y la justicia en la región”.

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