Sayát Nová, el arte ashúgh en su máxima expresión
El próximo 14 de junio se cumplirán 308 años del nacimiento de Sayát Nová, artista emblemático del Cáucaso y una personalidad excluyente de la música armenia de todos los tiempos.
En una época en que la nación armenia se debatía políticamente en un mar de incertidumbres y estaba literalmente dividida entre dos imperios y un reino, paradójicamente la cultura y el arte trascendían las fronteras para instalarse como referentes singulares de todo el desarrollo artístico y cultural del Cáucaso.
En este contexto la figura de Sayát Nová, cuyo verdadero nombre era Harutiún Sayadián, adquirió una dimensión regional, que con los años se transformará en un verdadero ícono del arte trovadoresco armenio, más conocido como arte ashúgh, que combina la poesía con la creación musical.
En rigor, el siglo XVIII comenzó como un período de convulsión política por la disputa de la hegemonía entre los imperios Otomano y Persa, que se saldó a partir de 1727 con la victoria del shah Ashraf sobre el sultán. Eso abrió paso a un período de relativa paz en el marco de cierta autonomía, lograda pese a la dominación extranjera.
Así, no sólo comenzó a manifestarse un incipiente movimiento político y de reafirmación de la identidad y el anhelo de la emancipación nacional, producto de la llegada de ideas de Europa Occidental, al que coadyuvó la llegada de la imprenta a la región, sino también el desarrollo de las artes, las expresiones artísticas y el comercio.
Éste es el entorno en el que transcurrió la vida de Sayát Nová. Nacido en una familia armenia de Tiflís (Georgia) el 14 de junio de 1712, el joven Harutiún tenía un destino casi marcado por el oficio familiar, de modo que durante varios años se desempeñó como aprendiz de tejedor.
Aunque ésta es la fecha más aceptada de su nacimiento, celebrándose el 250° aniversario de su nacimiento en 1962 en la Armenia Soviética y el 300° en 2012 en la República de Armenia, en su tesis doctoral el escritor y poeta Paruyr Sevak -defendida en 1966- señala que hay evidencias que datan su fecha de nacimiento en 1722 y no diez años antes.
Desde chico Sayát Nová ya había mostrado habilidades para las artes, así que bajo influencia de sus padres estudió y se perfeccionó hasta alrededor los 30 años en el arte ashúgh con maestros-ustá, como se estilaba por aquella época. Ya consagrado como ashúgh, Harutiún Sayadian adoptó el seudónimo de Sayát Nová, que en persa significa “cazador de canciones”.
Arte y tradición
El arte ashúgh es una manifestación poético-musical desarrollada en los siglos XVII y XVIII en una zona bastante amplia que va desde Turquía, hasta Persia, y al norte Georgia. En algún punto, el arte ashúgh está relacionado con el los kusán de la antigüedad y técnicas similares desarrolladas durante la Edad Media.
Lo relevante de esta manifestación artística es que la persona del ashúgh conjuga la creación poética, la composición musical y la ejecución de un instrumento, en general de cuerdas, dado que el intérprete cantaba mientras tocaba.
Por lo común las composiciones poéticas versaban en torno al amor o al romanticismo, al punto que se cree que en el origen el arte ashúgh surgió como respuesta a fracasos amorosos o amores no correspondidos.
Una característica de los ashúgh, tras haber pasado los años de formación y ser reconocidos como verdaderos maestros, era trasladarse con su arte itinerante de pueblo en pueblo, semejante a lo que en Europa fueron los trovadores. Justamente esta característica de trabajo popular pero a la vez profesional, fue la clave para la expansión de la cultura armenia en toda la región.
Además de los temas románticos, con el tiempo los ashúgh comenzaron a componer sobre aspectos de la vida cotidiana y así surgieron temas musicales que hoy conocemos como canciones patrióticas o heghapojagán, en especial a partir del movimiento de liberación nacional y el accionar de los fedaí hacia fines del siglo XIX. Canciones dedicadas a varios fedaí fueron creadas de este modo.
En la imagen icónica de Sayát Nová que trascendió los tiempos se lo puede ver con un kemanchá (o kamanchá) en su mano, instrumento similar al violín pero de tres cuerdas, que se toca con un arco, aunque también ejecutaba el saz (especie de mandolina con forma de pera y mango largo). Otros instrumentos usados habitualmente por los ashúgh eran el tar, el chungúr, el santúr y también el kanón.
Nace el mito
En su derrotero de pueblo en pueblo Sayát Nova comenzó a ganar fama y popularidad, al punto que terminó llegando hasta la corte de Heraclio II, el rey de Georgia, frecuentando ese ámbito por 10 años. Sayát Nová fue el primero en crear y cantar poemas georgianos a partir de los motivos y temáticas de la poesía persa, algo que fue bien recibido en la corte georgiana.
Pero éste fue un período no exento de conspiraciones en su contra. Fue expulsado más de una vez de la corte en Tiflís, la última en 1759. Una versión indica que eso ocurrió luego de enamorarse de la hermana del rey. Heraclio II lo conminó a ordenarse como sacerdote -adoptó el nombre de Der Stepanós- y lo envió al puerto de Enzeli (Persia).
Innumerables artículos de autores de diversos orígenes destacan el legado cultural de Sayát Nová como “creador de un estilo musical único”, compositor de cientos de canciones en armenio, georgiano y turco (azerí), incluyendo referencias en idioma persa. “El estilo musical de Sayát Nová fue inusual, creó nuevas formas musicales y composiciones en varias lenguas”, resalta otra reseña. Más de 230 composiciones originales han llegado hasta nuestros días.
Pese a esta suerte de multiculturalismo que desarrolló este artista singular, anticipado más de dos siglos a la era de la globalización, hoy Sayát Nová sólo es reconocido en su real dimensión en Armenia y, en menor medida, en Georgia.
Si bien han sobrevivido numerosos poemas, incluso manuscritos del autor, la preservación de las melodías se reduce casi exclusivamente a sus composiciones armenias. Esto se debe a que el arte de Sayát Nová entró de lleno en el folklore y el cancionero popular y así fue sobreviviendo por tradición oral a lo largo de 150 años, hasta que las melodías fueron pasadas a notación musical escrita en el siglo XIX, lo que permitió su preservación. No ocurrió lo mismo con sus temas en otros idiomas.
Tras fallecer su esposa Marmar en 1768, Sayát Nová o Der Stepanos fue trasladado al monasterio de Haghpat, recientemente reconstruido. Durante su vida eclesiástica copió varios manuscritos, entre ellos “El Libro de las Lamentaciones” de San Gregorio de Narek, además de un compilado de fragmentos bíblicos. Ambos documentos se conservan hoy en el Madenatarán de Ereván.
Tras la invasión afgana a Georgia en septiembre de 1795, liderada por Aghá-Mahmad Kajar, Sayát Nová fue obligado a abjurar de su religión y convertirse al Islam. Ante su negativa fue duramente torturado y sentenciado a muerte, siendo ejecutado el 22 de septiembre. Está enterrado en el Iglesia Surp Kevork de Tiflís.
Carlos Boyadjian
Periodista
coboyadjian@yahoo.com.ar