Se cumple el primer aniversario del genocidio de Artsaj
El 19 de septiembre se cumplió el primer aniversario del genocidio de la población armenia de la República de Artsaj (Nagorno Karabaj).
Entre el 19 y 20 de septiembre de 2023, Azerbaiyán inició una ofensiva militar contra la población de Artsaj, luego de un bloqueo genocida de casi 10 meses, que culminó con el desplazamiento forzado de toda la población nativa de Artsaj, un total de 150.000 personas. Desoyendo las resoluciones vinculantes de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), Azerbaiyán continuó con su plan iniciado durante la guerra de 2020 con apoyo de Turquía. El hecho fue reconocido como un genocidio por el Dr. Luis Moreno Ocampo, primer fiscal de la Corte Penal Internacional, por el Instituto Lemkin para la Prevención del Genocidio y por la Asociación Internacional de Investigadores sobre Genocidio.
La Cancillería armenia emitió un comunicado por la fecha en el que afirmó: "Hace un año, el 19 de septiembre, como consecuencia del ataque militar de Azerbaiyán, toda la población autóctona de Nagorno Karabaj, más de 115.000 armenios, tuvo que abandonar sus hogares en pocos días. Este desplazamiento, que fue la última etapa de la política de limpieza étnica, tuvo lugar durante la sesión de la Asamblea General de la ONU, cuando toda la comunidad internacional se había reunido una vez más para debatir la necesidad imperiosa de resolver pacíficamente los conflictos, establecer la estabilidad y el desarrollo, condenando el uso de la fuerza, la violación de las normas internacionales y los derechos humanos en diferentes partes del mundo".
"Durante el año pasado, el Gobierno de Armenia tomó las medidas necesarias, incluso con la ayuda de socios internacionales, para abordar las necesidades primarias y de mediano plazo de los armenios desplazados de Nagorno Karabaj, así como para desarrollar los programas necesarios a largo plazo. La semana que viene se reanudarán en Nueva York los debates de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas: los acontecimientos del año pasado demuestran la importancia de realizar esfuerzos urgentes para garantizar la estabilidad internacional, la realización de ideas y medidas que permitan el establecimiento de la paz", dijo la Cancillería armenia.
"La posición de la República de Armenia en cuanto a garantizar la estabilidad en el Cáucaso meridional es clara: el establecimiento inmediato de la paz y de relaciones basadas en el respeto de la soberanía y la integridad territorial, en la visión de garantizar el desarrollo sostenible, la interconexión efectiva y la prosperidad en la región. Para hacer realidad esto, para no desaprovechar la oportunidad que se presenta en este momento y para crear un entorno propicio para una vida más estable y digna para las generaciones futuras, esperamos una clara demostración de voluntad política y compromiso con la agenda de paz por parte de otros actores interesados en el mismo objetivo".
El Comité para la Defensa de los Derechos Fundamentales del Pueblo de Artsaj (Nagorno Karabaj) también emitió un comunicado en el que dijo:
"Hoy se cumple un año del desplazamiento forzado de más de 100.000 armenios de Nagorno Karabaj, expulsados de sus tierras ancestrales por la limpieza étnica y el genocidio perpetrados por Azerbaiyán. En este sombrío aniversario, honramos las vidas desarraigadas y recordamos el trauma sufrido. Es un duro recordatorio de que esta crisis está lejos de terminar y la justicia sigue siendo esquiva. El derecho al retorno debe estar a la vanguardia de esa búsqueda. El desplazamiento forzado masivo, impulsado por la retórica deshumanizante y la intención genocida de Bakú y marcado por nueve meses de bloqueo paralizante y agresión militar flagrante, fue una violación patente del derecho internacional. Azerbaiyán buscó y llevó a cabo la destrucción total de los armenios nativos de Nagorno Karabaj, eliminando a toda una civilización de su patria y comprometiéndose a destruir todo vestigio de su presencia y memoria política, cultural y religiosa. Esto es insostenible. Se trata de una ruptura ahistórica de los milenios de presencia continua del pueblo armenio en Nagorno Karabaj. Los pueblos desplazados poseen el derecho inherente a regresar a su patria, un principio que la Corte Internacional de Justicia reafirmó en su fallo de noviembre de 2023, exigiendo a Azerbaiyán que garantice el regreso seguro y sin obstáculos de los expulsados después de septiembre de 2023".
"El pueblo de Nagorno Karabaj tiene el derecho innegable a la libre determinación y al retorno, derechos que son esenciales para cualquier paz duradera entre Armenia y Azerbaiyán. Rechazamos cualquier narrativa que sugiera que esta crisis ha terminado simplemente porque la población armenia ha sido expulsada por la fuerza. La verdadera paz no se puede construir sobre la coerción o el borrado de un pueblo entero. Los derechos de los desplazados deben respetarse y su retorno debe facilitarse bajo protección internacional. Durante los últimos seis meses, el Comité para la Defensa de los Derechos Fundamentales del Pueblo de Nagorno Karabaj, creado por el Parlamento de Nagorno Karabaj, ha cumplido diligentemente su mandato de defender el derecho al retorno y la libre determinación. El Comité ha colaborado con actores internacionales clave, incluidas las Naciones Unidas y diversos representantes estatales, destacando constantemente la necesidad de una repatriación segura y colectiva de la población desplazada. Estos esfuerzos han mantenido la cuestión en la agenda mundial y existe un apoyo internacional sustancial para estos objetivos, apoyo que ahora depende del liderazgo activo del gobierno armenio. Instamos al gobierno de Armenia a que adopte medidas decisivas en las negociaciones de paz con Azerbaiyán en este frente crucial. Sin el derecho al retorno, no puede haber una paz duradera en la región. La comunidad internacional está dispuesta a apoyar esta causa. Sin embargo, corresponde al gobierno armenio defender el derecho al retorno con resolución y determinación. El silencio del gobierno armenio sobre esta cuestión no sólo socava los derechos humanos fundamentales del pueblo de Nagorno Karabaj, sino que también compromete la seguridad a largo plazo de la propia República de Armenia. La paz exige dignidad humana, y la dignidad humana se basa siempre en la garantía de los derechos humanos fundamentales".