Ser docente en Jrimian
Al momento de sentarnos a escribir esta nota, pensamos en todos los momentos vividos y compartidos y muchísimas imágenes vinieron a nuestras mentes.
Ser docentes en el Jrimian es ante todo saber que nuestros alumnos son sujetos de derecho, con historias, en crecimiento. Diariamente los escuchamos y estamos con ellos en distintos conflictos que se puedan desatar con su grupo de pares.
Es convivir y estar ahí, hablándoles para que se comuniquen, se escuchen, se valoren como seres distintos, se acepten y se respeten. Eso es lo que fundamentalmente transmitimos, el valor del diálogo como instrumento para expresar lo que nos ocurre, para plantear un desacuerdo, para contar una experiencia vivida. Creemos que el diálogo es la herramienta principal para una buena convivencia.
Sabemos lo importante que es la infancia y los recuerdos que quedan de ella, por eso la transcurrimos con nuestros estudiantes, y hasta algunas veces hacemos cosas no tan “convencionales” como: asombrarnos como ellos con el planetario móvil, compartir desayunos, disfrazarnos en el día del niño, jugar, participar de las actividades del campamento aprendiendo de ellos y con ellos.
Ser docente en el Jrimian además, es estar comprometido socialmente y, por ese motivo, nos sumergimos en proyectos solidarios: como “Frío cero”, “Donación de sangre”, “El otro par”, “Ayúdame a crecer”, donde nos conectamos aún más con el otro, estamos donde más nos necesitan y vemos realidades diferentes. La respuesta es asombrosa ya que tanto las familias como los alumnos nos demuestran que contamos con su compromiso, su entusiasmo y el aporte de nuevas ideas que hacen que siempre vayamos por más. Sabemos que es solo un granito de arena ya que las necesidades son muy grandes pero de esta manera vamos siendo más empáticos y más maduros socialmente.
Ser docente en el Jrimian desde hace un par de años, también es participar del campamento. Aventura inigualable para docentes y alumnos. Una experiencia maravillosa donde nos acercamos a los chicos desde otro lugar, convivimos, jugamos, sentimos adrenalina en cada juego que se plantea, estimulamos aprendizajes con contenidos significativos. Sin duda el resultado es muy positivo, nuestros chicos se conectan con la naturaleza y con sus docentes viéndonos más cercanos. Nos quedamos con esos abrazos de agradecimiento por lo que viven en ese momento, sabiendo que de este tipo de experiencias se llevan lo mejor.
Ser docente en el Jrimian, no es sólo enseñar contenidos, es estar involucrados con los alumnos desde distintas perspectivas. Es incluir, acompañar, transcurrir la infancia con ellos, es básicamente: tener vocación y comprometernos en nuestra labor. Lo emocional, lo afectivo, el compromiso y dedicación forma parte de nuestro trabajo en el aula día a día.
Ser docente en el Jrimian es trabajar todos los días en equipo, es saber que existe un equipo de conducción que nos respalda y acompaña, un equipo que está siempre dispuesto a escuchar si hay alguna dificultad y a ayudar si es necesario. Este clima de trabajo es el que queremos transmitirles a nuestro alumnado porque estamos convencidos de que “Una trayectoria se hace y se recorre con otros, por otros, gracias a otros y a veces, a pesar de otros”.
Xoana Sanviti y Andrea Mellone
Señoritas de 5° Grado