Sergio Nahabetian: "Quiero devolverle a este país la oportunidad que le dio a miles de inmigrantes, como mis padres, de poder construir un futuro"
Sergio Nahabetian es un nombre conocido dentro y fuera de la comunidad armenia. Comenzó su extensa carrera política como concejal de Avellaneda en 1989, para luego ser designado Secretario de Gobierno durante entre 1993 y 1996. En 2002 fundó junto al economista Ricardo López Murphy el partido Recrear, por el que obtuvo el cargo de diputado provincial en Buenos Aires entre 2005 y 2009. Se presentó como candidato a gobernador en 2007 por Recrear, mientras que en 2009, al finalizar su mandato como diputado, asumió como Director Ejecutivo del Área de discapacidad en la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires. En 2013 fue candidato a legislador del Partido Federal por la Ciudad de Buenos Aires. En las próximas PASO, Nahabetian se presentará como precandidato a Diputado Nacional en CABA por la coalición Consenso Federal, que presenta a Matías Tombolini como jefe de gobierno y a Roberto Lavagna de candidato a presidente.
—¿Cuáles son tus principales propuestas para la Ciudad de Buenos Aires?
—Luego de estar un tiempo alejado de la política partidaria activa, el año pasado decidí volver a involucrarme en la vida política partidaria de la Argentina. Es así que junto a Matías Tombolini y un grupo de personas decidimos formar un nuevo partido, bajo la consigna de “no te vamos a regalar el pescado, te vamos a enseñar a pescar” iniciamos los cursos de capacitación, gratuitos y con profesores voluntarios. Logramos más de 150 profesores voluntarios y más de 20.000 participantes. Maquillaje social, marketing digital, economía hogareña, promoción de productos en la web, viandas saludables, durlock, electricidad hogareña etc., son algunos de los cursos que dimos, continuamos y continuaremos dando. Conseguimos simpatizantes, adhesiones y afiliaciones que nos permitieron tener personería partidaria en el pasado mes de abril, asi surge el partido APPS, Avancemos Por el Progreso Social.
Trabajando desde el comienzo, convencidos en la necesidad de una alternativa tanto para la ciudad como para el país.
En esta elección integramos Consenso Federal, dándole la oportunidad al ciudadano de poder optar por una fórmula distinta de los que incumplieron sus promesas o hicieron malos gobiernos.
Como candidato a Diputado de la nación, voy a trabajar para lograr un país “normal”, impulsando leyes para la igualdad de oportunidades desde el inicio de la vida, reducción drástica de impuestos, liberar las fuerzas del trabajo para que se produzca al máximo y por sobre todas las cosas, castigo a la corrupción, en forma rápida y efectiva. Los gobernantes no son los dueños de nuestros bienes, son meros administradores temporales, si ellos no son idóneos, los perjudicados somos todos.
Negocios cerrados, industrias sin producir, desocupación, pobreza, pérdida del poder adquisitivo del salario, jubilaciones paupérrimas, tasas de interés usurarias, servicios públicos impagables, inseguridad, violencia… todos temas de rápido tratamiento que se fueron acrecentando en la última década. ¡Hay mucho por hacer!.
—¿Qué creés que le aporta tu origen armenio para un posible cargo público?
—He crecido dentro de las instituciones de nuestra comunidad y llevar el “ian” como apellido, nos identifica inmediatamente con un colectivo trabajador, responsable y de personas de bien. En toda mi carrera política, siempre lo tuve en cuenta y lo prioricé.
Debo estar agradecido a las instituciones de nuestra comunidad; religiosas, educativas, sociales y de toda índole, que me enseñaron lo que significa la solidaridad y el brindarse incondicionalmente sin esperar retribución alguna. Siento la obligación de devolverle a este hermoso país la oportunidad que le dio a miles y miles de inmigrantes, como mis padres, de poder construir un futuro y formar una familia. Me resigno a creer que no es posible planificar un futuro en un país tan maravilloso como la Argentina.
—¿Cómo evaluás la situación actual del país?
—Estamos viviendo en una sociedad dividida, fanatizada por el miedo y la impotencia. Cuando las instituciones de la República no funcionan adecuadamente, caemos en trampas diseñadas por la mentira, haciendo que los ciudadanos, que deben preocuparse por sus tareas cotidianas, piensen que estando en contra de, van a solucionar las cosas o harán justicia. En estos momentos hay un juego macabro de intereses que se articulan entre sí y se potencian. En mi trayectoria en la política, siempre tuve una consigna, “en la democracia, al que se equivoca o tengo dudas, no lo voto”. Si aplicásemos esto, tendríamos una democracia fortalecida y los ciudadanos tendríamos la soberanía del poder.
Nuestros padres nos enseñaron y así lo hicieron, que no se puede gastar más de lo que entra (la base de la economía). El país, no es una empresa ni un emprendimiento para ganar dinero, en él, viven personas de carne y hueso, con necesidades, ambiciones y sueños, y ningún gobernante tiene derecho a frustrarlos. Estamos socialmente muy mal y entre todos los ciudadanos podemos revertirlo.