Sí, es genocida
El 3 de octubre de 2020, el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, en su discurso a la nación, declaró: "El objetivo de los bandidos azerí-turcos no es reclamar territorio. Su objetivo es el pueblo armenio. Su objetivo es continuar con su política genocida". También había declarado en Twitter: "¿Por qué Turquía ha regresado al sur del Cáucaso después de 100 años? Para continuar con el Genocidio Armenio". La idea de que el pueblo armenio está en peligro de genocidio fue repetida en muchas otras entrevistas y declaraciones del Ministerio de Relaciones Exteriores de Armenia.
La inclusión del término genocidio no se está dando a la ligera. El potencial de genocidio contra los armenios étnicos en Artsaj es muy real y muy probable. Según un estudio sobre los esfuerzos de predicción y prevención del genocidio realizado por los estudiosos del genocidio Barbara Harff y Ted Gurr, las sociedades que han cometido genocidio y masacres en el pasado tienden a repetirlos.[1] Turquía cometió un genocidio contra los armenios en el Imperio Otomano de 1915 a 1923. Azerbaiyán cometió actos genocidas en Sumgait, Bakú, Gandzak (Ganjá) y Maragha entre 1988 y 1992. La probabilidad de que se produzca un genocidio en esos países aumenta si estos crímenes no se reconocen o condenan, sino que incluso se glorifican.
Turquía y el orgullo de los perpetradores
Turquía continúa negando el Genocidio Armenio, haciendo su retórica aún más agresiva en los últimos años, incluso culpando a la víctima, sugiriendo que los armenios "masacraron a musulmanes de Anatolia, incluso mujeres, niños". Simultáneamente, varios funcionarios -incluido el presidente turco Recep Tayyip Erdogan- han insinuado en repetidas ocasiones que Turquía está dispuesta a reanudarlo "dando una lección" a los armenios. De esta manera, el presidente de Turquía declaró que la deportación de armenios en 1915 fue la decisión más razonable en su momento. Durante uno de sus últimos discursos en mayo de 2020, afirmó: “No permitiremos que los restos de la espada y los terroristas se rebelen nuevamente. Todavía existen, aunque su número ha disminuido en nuestro país”. Como mencionó el periodista turco Uzay Bulut, “La utilización del término 'restos de la espada' no representa una negación de masacres o genocidios. Al contrario, declara el orgullo de los perpetradores. Significa: '¡Sí, matamos a cristianos y otros no musulmanes porque se lo merecían!'".
A través de su negación, las autoridades turcas justifican los crímenes otomanos, pero también promueven nuevos genocidios. Este enfoque no puede dejar de extenderse a la sociedad, reforzando la imagen de los armenios como enemigos. Todas las encuestas de opinión pública muestran que el grueso de la población tiene una actitud hostil hacia los armenios. El discurso de odio y los ataques contra las iglesias armenias y otras propiedades van en aumento. El último incidente notable en Turquía fue el ataque a los armenios en Estambul, culpándolos de supuestamente propagar el coronavirus.
Cabe destacar que esta actitud va incluso más allá de la hostilidad, cuando ser llamado armenio es considerado un insulto extremo alcanzando el nivel de intolerancia racista anti-armenia. El más notable fue el caso del primer ministro Erdogan cuando en 2014 habló de que otros lo "insultaban". En una entrevista televisiva, declaró: "Me llamaron georgiano. Perdóneme por decir esto, pero me dijeron cosas aún más feas: ¡Me llamaron armenio!".
Azerbaiyán y su adoctrinamiento anti-armenio
La posición del liderazgo y la sociedad azerbaiyana es más representativa. Durante años, el discurso y la propaganda anti-armenios han sido parte de la política estatal oficial. Todos los días se lleva a cabo el adoctrinamiento desde las escuelas a los medios de comunicación estatales que demonizan a los armenios, presentándolos como un mal absoluto. En sus numerosos discursos, el propio presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, hizo comentarios abiertamente racistas y xenófobos. En uno de sus famosos discursos, habló sobre una "conspiración armenia global hipócrita y de políticos occidentales que están envueltos en corrupción y soborno", una reproducción directa de la "tesis global de la conspiración judía" de Adolf Hitler, reiterada muchas veces en los discursos nazis como pretexto y justificación del Holocausto. [2]
En sus pronunciamientos, Aliyev priva a los armenios del derecho a vivir en Artsaj (Nagorno Karabaj) y en la República de Armenia, afirmando que no solo Karabaj sino también otras regiones de Armenia, incluida la capital, Ereván, deberían formar parte de Azerbaiyán. El último punto culminante fue la amenaza de una "catástrofe" nuclear hecha por el portavoz del Ministerio de Defensa de Azerbaiyán, Vagif Dargyakhly, quien anunció que sus armas "son capaces de golpear la Central de energía nuclear Metsamor con gran precisión, lo que se convertirá en una catástrofe para Armenia".
El problema no es solo esta retórica anti-armenia, sino también sus consecuencias. Tal odio hacia los armenios lleva a la glorificación de matar armenios, como sucedió en 2004 en Budapest con el oficial azerbaiyano Ramil Safarov. Durante un programa de entrenamiento de la OTAN, Safarov entró a la habitación del hotel del oficial armenio Gurgen Margaryan mientras dormía y lo mató a hachazos. Safarov fue condenado a cadena perpetua en Hungría y luego trasladado a Azerbaiyán, donde fue liberado y honrado como un héroe. La defensora de los derechos humanos azerbaiyana Elmira Suleymanova declaró que "Ramil Safarov debería convertirse en un ejemplo de patriotismo para la juventud azerbaiyana". [3] Esta hostilidad y odio generalizados crearon una actitud totalmente genocida hacia los armenios. Ancianos armenios fueron violentamente torturados hasta la muerte en la aldea de Talish, que fue invadida por las tropas azerbaiyanas durante la Guerra de los Cuatro Días de Abril de 2016. Además, los soldados armenios cautivos fueron decapitados y sus cuerpos profanados brutalmente. En todas las guerras anteriores y las que están en curso, Azerbaiyán siempre ha tenido como objetivo asentamientos pacíficos.
Todo esto prueba que los armenios se enfrentan a una matanza si se ocupa algún territorio armenio.
Convención sobre genocidio y castigo inevitable
La humanidad se enfrenta constantemente a una confusión inquietante. Los genocidios se convierten en objeto de cobertura, discusión, estudio, recuerdo y, a veces condena, sólo después de que se implementan "con éxito". Sucedió no solo con el Genocidio Armenio y el Holocausto judío, sino también con la destrucción de pueblos, que tuvo lugar en la era de los medios de comunicación, en Ruanda, Yugoslavia, Darfur y la patria Yezidi en el norte de Irak.
El artículo 3 de la Convención de las Naciones Unidas para la Prevención y el Castigo del Crimen de Genocidio de 1948 define claramente que la comisión de genocidio es en sí, un crimen pero no el único que puede ser castigado bajo la convención. Los otros crímenes incluyen:
• Conspiración para cometer genocidio;
• Incitación directa y pública a cometer genocidio;
• Intento de cometer genocidio;
• Complicidad en genocidio;
Durante mucho tiempo, todas estas acciones han sido desatendidas, incluso siendo parte integral de la Convención sobre el Genocidio. Además, los medios de comunicación, la jerga política e incluso el mundo académico no los consideran comúnmente como crímenes genocidas. Mientras tanto, el lema “Nunca más”, adoptado por la comunidad internacional y repetido con tanta frecuencia que se devalúa, refiere a todo tipo de crímenes genocidas y no solo a la última e irreversible etapa: la eliminación del grupo objetivo.
Observando el discurso de los líderes azerbaiyanos y turcos, analizando los sentimientos en las sociedades y las élites de esos países y recordando las acciones ya tomadas, queda claro que todas éstas pueden ser consideradas no solo como señales de advertencia de genocidio sino también como genocidas por naturaleza, en sí mismas; como conspiración para cometer genocidio, incitación directa y pública a cometer genocidio e intento de cometer genocidio, que según la Convención de la ONU sobre Genocidio son actos que todos los Estados del mundo están obligados a prevenir y sancionar.
Cuando los líderes de Azerbaiyán y Turquía comparezcan ante el tribunal internacional, si comparecen, éste no debe olvidar incluir estos puntos en la acusación junto con los crímenes de guerra y los crímenes de agresión.
Suren Manukyan
Nota original en EVN Report
[1] Harff, B., & Gurr, T. (1998). Systematic Early Warning of Humanitarian Emergencies. Journal of Peace Research, 35(5), 551-579, Volume: 35 issue: 5, page(s): 551-579; Harff, B. (2003). No Lessons Learned from the Holocaust? Assessing Risks of Genocide and Political Mass Murder since 1955. American Political Science Review, 97(1), 57-73; Harff, B., & Gurr, T. (1998). Systematic Early Warning of Humanitarian Emergencies. Journal of Peace Research, 35(5), 551-579; https://earlywarningproject.ushmm.org/
[2] The most famous speeches were delivered on September 1, 1939 and January 30, 1942. Number of Holocaust scholars consider them as one of the main proofs of Hitler`s intent to exterminate European Jews.
[3] Газета «Зеркало», 28.02.2004 г.