Héroes anónimos

Sirviendo con honor: mujeres socorristas en Armenia

17 de enero de 2019

Ereván (Kushane Chobanyan para EVN Report).- Cuando decidí escribir sobre mujeres, que según la mayoría de mujeres-1la sociedad armenia tienen trabajos no tradicionales, tenía mis propios estereotipos sobre el tema. Aunque creía que hace mucho tiempo había superado la idea de que había determinadas profesiones para hombres y otras para mujeres, cuando hablé por teléfono con la capitana Victoria Khachatryan (foto), la jefa de la XVII Brigada del Servicio de Rescate Especial del Ministerio de Situaciones de Emergencia, tenía una imagen específica de ella en mi mente.

Habíamos acordado reunirnos en su casa para conocernos mejor y tener una plática honesta y abierta con una taza de café. Victoria se encontró conmigo en su Nissan March (otro estereotipo es que este es auto "de niña"). Cuando salió de este, era una mujer hermosa con cabello largo y maquillaje impresionante. Mi primer instinto fue pensar que mi entrevista era con una modelo en lugar de alguien que lideraba una brigada de primeros auxilios. Fue en ese momento que se rompieron todos mis preconceptos y estereotipos.

mujeres-3Después de tomar café y comer algunas frutas secas caseras, nos preparamos para irnos: iba a seguir a Victoria para ver su día de trabajo. Se puso el uniforme, ató su pelo y fuimos al pueblo de Smo, en la región de Kotayk, donde se encuentra el Servicio de Rescate Especial del Ministerio de Situaciones de Emergencia.

En el camino victoria me contó como decidió convertirse en socorrista y luego inspiró a su hermana, Datev, a convertirse en bombera. Según afirma Victoria, de niña, los uniformes eran una de sus debilidades.

“Más allá de lo que mis padres hayan querido que yo fuera, habría elegido una profesión que me diera la posibilidad de usar un uniforme. Hace quince años mi sueño era convertirme en oficial de policía. Solía amenazar en broma a mi madre de que me iría a Israel a hacer el servicio militar sino me firmaba el formulario para entrar en la policía. Finalmente, aunque me ayudó, fui rechazada. Sin embargo odio perder y encontré una alternativa a mi sueño. Ingresé al Colegio de Guardaespaldas Berkut y me recibí con honores”.

mujeres-2“Fue en ese momento cuando me enteré del Departamento de Situaciones de Emergencia y me presenté inmediatamente en la oficina de Recursos Humanos para que pudiera dedicarme a los primeros auxilios. El personal estaba sorprendido al ver a una joven de 17 años solicitando trabajo. Recuerdo claramente como intentaban convencerme para que cambiara de opinión y me decían que el trabajo de oficina era más apropiado para una mujer. Sin embargo fui inflexible y ahora se puede ver el resultado”.

Victoria afirma que mientras estudiaba en la universidad trabajaba como guardaespaldas. Pronto comprendió que su misión en la vida no consistía en brindar seguridad a una persona, sino en ayudar a la mayor cantidad posible.

“Durante cada turno recibimos entre 5 y 15 llamadas, y esto ha sido así en casi diez años. Atendemos cada una y brindamos nuestro servicio de forma gratuita a todos los ciudadanos. Cuando terminamos nuestro trabajo la gente trata de agradecernos de alguna manera. Por ejemplo, una vez ayudamos a un anciano a abrir la puerta de su departamento porque estaba encerrado. Cuando descubrimos que era jubilado y no podía repararla, nosotros mismos lo hicimos. A partir de esto quiso agradecernos con dulces y frutas. Estas formas de expresar gratitud son invaluables para cualquiera de nosotros. Son momentos como este los que alivian la fatiga y hacen que uno se olvide las dificultades del trabajo y recuerde para quién hace todo esto”.

El 16 de mayo de 2009 Victoria se convirtió en la primer y única mujer socorrista de Armenia. A veces es muy difícil ser la única en un entorno dominado por hombres. Ella admite que no hay ni un solo día que se haya cansado de su trabajo. Es siempre la que primero responde las llamadas y lo hace todo con el amor. Aunque ha estado trabajando en la actividad durante diez años, todos los días son como el primero porque su entusiasmo y deseo de ayudar nunca se desvanecen. Según admite, hay ciertos estereotipos que indican que cuando las mujeres tienen profesiones generalmente reservadas para hombres, están obsesionadas con su carrera y no forman familias. Pero esto no corresponde para nada con ella, ya que está casada y tiene un hijo.

Cuando trabaja en el turno noche, su esposo cuida al niño. En el resto del tiempo, se dedica a su familia, cocina, entretiene a los invitados y va a la peluquería. La única diferencia con otras mujeres es que no puede salir de la ciudad y apagar el teléfono porque en cualquier momento puede haber una emergencia. Su servicio es diario y a toda hora, pero puede manejar esta compleja y pesada carga de trabajo.

Cuando nos preparábamos para dejar su casa más temprano, su hermana Tatevik también se estaba vistiendo y Victoria, a toda velocidad, la ayudó a peinarse. Las dos hermanas tienen una regla importante, los tacos altos y la indumentaria femenina son solo para los momentos extralaborales. Mientras están trabajando nada las desconcierta ni las distrae.

Apenas llegamos al Servicio Especial de Rescate, los operadores ya recibieron una llamada. Una persona que vivía en el octavo piso de un edificio pedía ayuda. Victoria llevó su equipo para ayudar al hombre y nuestro fotógrafo la siguió para capturar su trabajo.

mujeres-4Mientras, fui a encontrarme con Lilit Ghazaryan, una entrenadora de perros de búsqueda y rescate. Hacía un frío insoportable afuera, pero no podía privarme de la oportunidad de interactuar con estos hermosos animales. La lluvia del día anterior había embarrado todo, pero jugar con ellos, que al principio me daban miedo, hizo que me olvidara de todo. Lilit nos contaba que eran perros profesionales, bien entrenados, y que su ladrido era su forma de saludar a un nuevo visitante.

Ella es veterinaria y comenzó a trabajar en el Ministerio de Situaciones de Emergencia mientras estudiaba en la universidad. Ante la pregunta de si era inusual trabajar como entrenadora de perros de rescate, una profesión poco habitual para una mujer según muchas personas, Lilit afirma que nunca prestó atención a la opinión de la sociedad y que eligió un trabajo interesante y que la inspiraría. Ella ama a todos los animales pero los perros son su debilidad.

Hay algunos días que no reciben llamadas, ya que estos perros se usan en situaciones específicas, como buscar personas desaparecidas o detectar explosivos.

“Recibimos una llamada por un niño pequeño que estaba desaparecido. Un gran número de rescatistas, incluidos los perros, lo buscaban. Teníamos sospechas de que había caído en el río. Todo el día, mientras buscábamos la madre estaba conmigo. Fue un caso en el que una mujer entiende a otra de una manera que no era posible para los demás. Sabíamos que el niño había muerto y estábamos todos muy mal psicológicamente”.

Cuando Lilit contaba la historia noté que pronunciaba cada palabra con cuidado, respirando profundamente, como si intentara recuperar el aliento y la fuerza. Era como si pudiera escuchar cada latido de su corazón y entendiera que en situaciones así es muy difícil ser mujer, sobre todo cuando esperan que actúes como un hombre. Lilit nota con dolor que durante su jornada laboral, no reciben llamadas de alegría, y por mucho que se acostumbre a estas dificultades y se distancie de la situación, no pierde la característica más importante tanto para mujeres como hombres: ser humanos.

"Hace quince años que trabajo como entrenadora de perros de búsqueda y rescate y en primeros auxilios. La mayoría de las veces la gente no sabe quién es el cuidador de los animales. Cuando lo descubren, se sorprenden y me preguntan por qué elegí esta profesión. Algunas personas incluso me sugirieron que buscara otro trabajo, pero sabía que yo era la que elegía esta profesión. Mi trabajo es tan interesante para mí como lo era apenas comencé. ¿Cuántas personas conoces que puedan decir esto? Sí, tengo un trabajo único y estoy orgullosa de ello. La gente puede hablar todo lo que quiera".

Mientras, miro los juegos entre Lilit y Jack. Veo felicidad en ambos lados, de la maestra orgullosa por las habilidades de su perro y también de este que parece contento con la felicidad de su dueña.

Empiezo a comprender que es realmente difícil encontrar mujeres en el país que no presten atención a la opinión de la sociedad y simplemente elijan la profesión que aman. Elegir una carrera es un paso serio, es un reflejo de tu personalidad, tu disposición para mantener tus principios y no ser influenciado por la visión de que la única misión de la mujer es tener una familia y ser madre. Las que no hacen esto, siguen siendo mujeres, ¿no es así? Mientras los sueños de la mayoría están limitados por los de sus padres o abuelos que tratan de convencerlas de que estos deben ser sus únicos objetivos en la vida, cada vez hay más mujeres que eligen su propio camino. No debería tener que ser una decisión entre una carrera o un matrimonio, debería haber opciones y, en última instancia, poder combinar estos dos roles y encontrar alegría y felicidad.

mujeres-6Finalmente llego a otra parte de Ereván, a una estación de bomberos en el suburbio de Charbakh. Datev Khachatryan, la hermana de Victoria, me recibe y me presenta al resto del equipo, todos hombres. Ellos preguntan en broma por qué escribo una historia solo sobre una mujer. Sin embargo, rápidamente ayudan a su compañera a tener una excelente sesión de fotos y una entrevista completa. Datev comenta que si bien Victoria es su hermana menor, casi siempre asume el papel de la mayor. Ella la inspiró tanto que decidió convertirse primero en socorrista y luego, un año más tarde, en bombera.

“Yo quería ser doctora, pero ingresé al Departamento Legal del mujeres-5Instituto de Medicina Forense y Psicológica de Ereván. Victoria venía del trabajo, me hablaba de todas sus historias y eso me inspiró. Un día me dije que quizá podría ser socorrista. Envié una solicitud y fui aceptada. Hay jóvenes que vienen y dicen que quieren ingresar en esta profesión, sin darse cuenta de la gravedad y la responsabilidad de este trabajo. Simplemente les parece interesante. Sin embargo, yo pensé todo profundamente antes de tomar esta decisión. A veces nos vemos obligadas a realizar trabajos pesados, otras nos quedamos en un lugar durante días y debemos acostumbrarnos a hacer cosas que la mayoría de las mujeres encuentran muy difíciles. Los hombres del equipo nos ayudan, pero a menudo no nos permiten hacer el trabajo, algo que me parece inaceptable. He elegido esta profesión, por lo tanto, tengo que llevar a cabo mi servicio con honor. Todos los días recibimos muchas llamadas que van desde pequeños incendios domésticos hasta situaciones extremadamente graves. Un socorrista debe estar extremadamente preparado para cualquier tipo de situación. La gente a veces está estresada, busca a una persona en quien confiar, con quien hablar, y si soy la única en la que pueden apoyarse, no puedo ser indiferente. Una vez recibimos una llamada de una pareja de ancianos que estaban encerrados en su casa. Tuve que entrar desde una ventana. Cuando la mujer me vio, se olvidó de todo y le dijo a su esposo gritando: “¡Mirá, es una chica!”.

Datev ha llegado a aceptar este tipo de cuestiones y ahora las encuentra como normales. Lo que la gente y los familiares dicen no le preocupa. A veces los vecinos le piden a ella y a su hermana que las ayuden arreglando una toma de luz sin tener en cuenta que se dedican a primeros auxilios y no son contratistas.

Si bien la profesión de Datev ya no es una sorpresa para sus vecinos, ser bombera es a menudo chocante para los hombres. Sorprendidos por la revelación, comienzan a hacer numerosas preguntas a las que ella responde pacientemente. Los primeros momentos son extraños, pero luego ven ante ellos a una mujer hermosa, que puede parecer delicada o femenina, pero capaz de meterse en un edificio en llamas.

Pasé un día entero con estas bellas e increíbles mujeres. Sentado frente a mi computadora, mientras escribo este texto, me di cuenta de una cosa, ninguna de ellas dejó de ser mujer por su profesión. Al igual que muchas otras, ellas también pueden gastar la mayor parte de su sueldo en ropa, pueden llorar por cosas simples, pueden estar complacidas consigo mismas por haber bajado unos pocos kilos, pero lo que las diferencia de muchas otras es su irrompible voluntad y pasión por su trabajo. Eligen ignorar las percepciones y expectativas de la sociedad. Son las mujeres que muchos de ustedes pueden haber confiado para que salven su vida.

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