Vida de Julia, sobre la primera novela de Georgina Halladjian

28 de diciembre de 2024

“¿Cuántos amaneceres y puestas de sol he contemplado a lo largo de mi vida? No tengo la menor idea, pero sé que fueron muchos, muchísimos. y te puedo asegurar, Elena, que cada nuevo crepúsculo que tengo el privilegio de admirar me sorprende y me maravilla como si fuera el primero. El de hoy fue un amanecer que se me escurrió entre las pupilas. ¡Hubiera querido que durara más! Sentí una ligera desilusión ante el inexorable ritmo de la naturaleza. Me costó un poquito reanudar la marcha para volver a casa. Llegué cansada, pero con las ganas de escribirte intactas”.

En su primera novela, Halladjian, nos acerca la historia de Julia, dueña de estas palabras citadas, una mujer ya en la última etapa de su vida donde recorre lo vivido a través de las cartas a su nieta Elena.

En esta correspondencia sin respuesta aparente, cuando las cartas se enviaban por correo y la espera de esas misivas resultaban un intercambio de ansiedad y avidez por una lectura personal, visceral, la protagonista narra su propia historia, una donde nunca falta el amor y sus vicisitudes.

De alguna manera, en formato de diario íntimo donde cada capítulo comienza con el saludo matutino y culmina con el de la noche, la autora narra la historia de Julia, una mujer que lucha para desandar mandatos sociales, conservadores y familiares que la mantenían atrapada en una vida predeciblemente sombría en una época en la que los deseos femeninos eran silenciados. A lo largo de la novela vemos cómo la protagonista va encontrando en su interior la fuerza, el coraje y su propia voz para liberarse.

La casa… es una forma de crónica, repleta de diálogos entre los personajes donde abunda el castellano rioplatense y las alusiones a las “aventuras de Julio Verne” como relata en algún momento o los ecos de Vivaldi y las palabras de Paul Auster, Hemingway y hasta el mismo Nietzsche.

Decíamos más arriba que es una historia de amor (¿cuáles no lo son?) pero antes de eso es una historia de libertad. Y de independencia. Esa libertad maravillosa que experimenta Julia cuando, al fin, aceptas quién es y se atreve a perseguir su verdadero destino: el que ella quiere.

Georgina Halladjian es argentina y vive en Canadá. Según sus propias palabras, evita encasillarse, más que escritora se define como una lectora apasionada desde pequeña. Y  creaba distintos mundos donde podía ser libre y moldear la vida que anhelaba, pero no tenía. Todo cambió el día que alguien le dijo lo que necesitaba escuchar: *"Deberías escribir un libro"*. Así comenzó su camino en la escritura. 

El epígrafe que da comienzo a la novela y es el que eligió la autora para dar rienda suelta a su narrativa, reza: “Mar de oídos atentos, ¿qué te dice la piedra?”, la primera línea de la poesía de Julio Cortázar, La hiedra. ¿Y qué es esa cita al comienzo de cada texto sino una introducción, una ilustración de lo que se viene? Continúa el poema: “Mar de oídos atentos, ¿qué te dice la piedra? / Yaces sobre las tumbas, colectora de nombres, / trémula cuando el viento vesperal te despierta / para indagar tus manos y quitarles las voces / que minuciosa juntas, sigilosa de tiempo, / guardiana de los diálogos y los turbios adioses”. Tal la vida de la misma Julia, entre el mar y el faro, donde ver pasar el tiempo.

Una semántica íntima, familiar, conocida, donde la mujer es protagonista de su propia vida.

La casa del faro, Georgina Halladjian (Editorial Dunken, 2024)

Lala Toutonian
Periodista

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